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CONTRA LA CORRIENTE

POR UN ONCE DE LUCHA OBRERA

POR UN ONCE DE LUCHA OBRERA

 Este 11 de septiembre, uno más desde 1973, encuentra a las masas protagonizando un sostenido ascenso en sus luchas. La gran huelga minera de “La Escondida”, el retorno de la lucha de los secundarios, la movilización de CONFENATS y la lucha mapuche, son sólo los puntos más altos de una tendencia generalizada de los explotados de pasar a la acción directa para enfrentar a la patronal y a su gobierno pro-imperialista, el de Bachelet.

   

       Estas luchas constituyen por sí mismas, la abierta confirmación de que el espíritu de lucha de las masas se recompone y se abre espacio de una forma explosiva. Cada vez que emerge un conflicto, los trabajadores tienden a pasar por encima de la burocracia sindical, de los “dirigentes” y se expresan con movilizaciones. Uno de los rasgos que da mayor poder a la movilización de los secundarios es, precisamente, el generalizado carácter asambleario de su movimiento, cuestión que ha impedido que algunos de sus dirigentes gobiernistas o abiertamente de derecha, puedan traicionar la lucha llegando a acuerdo de espaldas a las bases.

            En la huelga de “La Escondida”, protagonizada por casi dos mil mineros, fueron las mismas bases las que lograron imponerse por encima de las maniobras de la burocracia y la patronal. La clase obrera enunció, en líneas generales, lo que ha de ser su conducta a futuro y al pasar a la acción, logró quebrar a una de las principales multinacionales anotándose un triunfo, aun cuando sus logros están lejos de las aspiraciones que los llevaron a la huelga.

            Los explotados salen al combate, es un hecho, sin embargo buena parte de la militancia de izquierda no logra soldarse con este movimiento, cuestión que incide en la limitación de las proyecciones de este ascenso, que sólo podrá consolidarse como ascenso revolucionario en la medida que se logre estructurar la dirección de las masas en lucha, el partido obrero revolucionario.

            Por el contrario, los militantes de izquierda y honestos luchadores que se reclaman de la revolución proletaria y el socialismo, no encuentran en sus organizaciones tradicionales respuesta a sus problemas. Es así como a 33 años del golpe fascista del 73, la izquierda estalinista (PC) y la socialdemocracia (PS) siguen en la misma arena democratizante y electorera que llevara al despeñadero a la revolución y toda una generación de luchadores.

            Más de 10.000 ejecutados políticos parecieran no ser suficientes para los reformistas.

Hoy día el PC sigue empeñado en poner al centro los problemas electorales, que son los problemas de su propio aparato burocrático. Llevar parlamentarios del PC, tendrá el mismo efecto que han tenido los alcaldes y concejales de este mismo partido: nada. De nada han servido estos triunfos electorales, en tanto no han dado cuenta de un fortalecimiento de la disposición a la lucha de las masas, de su capacidad de imponer sus reivindicaciones y de superar sus ilusiones en la democracia.

                La primera lección que nos deja el Golpe fascista es que la llamada “Vía Chilena” o “pacífica” al socialismo no existe, o es sólo un espejismo demagógico. La burguesía no abandonará pacíficamente el poder por el simple efecto de la acumulación de votos de los reformistas. La segunda, es que el capitalismo en nuestro país – y en todo el mundo- sólo nos puede ofrecer miseria, cesantía y represión siguientes, que por lo mismo la única forma de dar solución a la crisis a que ha sido arrastrada nuestra sociedad por parte de los explotadores, es a través de la Revolución y Dictadura Proletarias.

           Proclamamos abiertamente estos objetivos hoy 11 de septiembre, para sumarnos al torrente de luchas que comienza a inundar el país. Es este el terreno, y no el electoral, en que la izquierda podrá superar sus limitaciones y estructurarse como partido revolucionario.

           Consumar esta tarea, primer homenaje a los caídos bajo la bota fascista, supone poner en pie el partido obrero revolucionario, como organización de combate, como sección chilena de la IV Internacional.  

VIVA LA CLASE OBRERA MUNDIAL

 VIVAN LA REVOLUCIÓN Y DICTADURA PROLETARIAS  

Grupo Obrero Revolucionario- Contra la Corriente

 

LEÓN TROTSKY Y LA REVOLUCIÓN EN CHILE

LEÓN TROTSKY Y LA REVOLUCIÓN EN CHILE

A 66 AÑOS DE SU ASESINATO A MANOS DEL
ESTALINISMO CONTRARREVOLUCIONARIO


                                       I
   Este 20 de agosto se cumple un aniversario más del ominoso atentado que costara la vida a quien fuera junto a Lenin, forjador del partido e indiscutido dirigente de la primera revolución obrera triunfante de la historia, la Revolución Rusa de 1917.
   Sus asesinos, el estalinismo y por su intermedio, la contrarrevolución mundial, desde ese lejano día mexicano de 1940, no han hecho otra cosa, desde entonces, que seguir condenándose como traidores de la clase obrera y sepultureros de la humanidad.
   Nuestra organización, el Grupo Obrero Revolucionario-Contra la Corriente, (GOR-CLC), cumple con su elemental deber en esta fecha de recordar al compañero, al proletario, al revolucionario, al internacionalista y al teórico colosal que junto a Marx, Engels y Lenin, contribuyera de modo decisivo a la estructuración del programa y del partido de la clase obrera mundial.
   El asesinato de Trotsky -último de los portadores de lo mejor de la tradición revolucionaria de nuestra clase- fue la culminación del ataque sostenido, de las persecuciones y calumnias perpetradas por los enemigos de la revolución en toda la línea.
   Este ataque fue la necesaria consecuencia del papel que le tocó jugar en los portentosos procesos revolucionarios que comienzan con el llamado ensayo revolucionario ruso de 1905, alcanzan su clímax con la toma del poder por la clase obrera rusa en octubre de 1917 y toman un curso vertiginoso con la extensión de la revolución en Europa, para iniciar un convulsivo retroceso desde la derrota de la revolución alemana de 1923, que arrastrara a la postre a las masas europeas a la barbarie del nazi-fascismo y a la 2ª Guerra Mundial.
   Durante este período -riquísimo en experiencias y sin parangón en la historia de la humanidad- emergió la figura de León Trotsky, quien fuera en 1905 Presidente del Soviet de Petersburgo, en 1917 formador del Ejército Rojo y defensor del internacionalismo proletario y de su partido-programa, encarnado en la IV Internacional nacida en 1938, de la que fue su fundador.
   La contribución de Trotsky en la conformación de la teoría de la revolución mundial, no otra cosa es la revolución permanente; la polémica sobre la dictadura del proletariado, sostenida con Lenin, y que alcanza máxima expresión en la célebre Tesis de Abril y la fórmula del Gobierno Obrero-Campesino; la estructuración de la teoría marxista del estado que arranca de la tesis, expuesta también por Lenin en el “Estado y la Revolución”, magistralmente desarrollada en una de las mayores obras de Trotsky “La Revolución Traicionada”, son todas obras que conforman -por sí solas- los cimientos del marxismo revolucionario, incorporadas como están, al arsenal programático de los explotados y oprimidos del mundo entero.
   Sin embargo, el aporte de Trotsky no se agota en la descomunal obra descrita. Su principal legado lo constituye su lucha militante por la estructuración del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional. Forjador de la III Internacional junto a Lenin, le correspondió agrupar a los revolucionarios -frente a la reacción contrarrevolucionaria de la burocracia estalinista- en torno al programa que llevara a la clase obrera al poder.
   La política de Stalin –y del stalinismo hasta nuestros días- fue la defensa de los intereses de la casta burocrática que usurpó el poder del estado obrero. Consecuencia de este hecho, la III Internacional abandona el internacionalismo proletario y el Comitern se transforma en un instrumento que persigue la colaboración con la burguesía y el imperialismo, para lo cual se ve obligada a doblegar y traicionar la lucha del proletariado y las masas explotadas.
   Fue un período oscuro en el que los burócratas -apoyados en el debilitamiento de la vanguardia que hiciera la revolución- terminaron exterminando íntegramente, en atentados y fusilamientos, ni más ni menos que al Comité Central que encabezó la Revolución Rusa. Esta misma burocracia asesina que liquidó la revolución alemana, que colaboró con Hitler y estranguló la revolución española, necesariamente terminó destruyendo la III Internacional.
   En este período crucial para la revolución mundial, surge la IV Internacional y es su Programa de Transición y la tradición revolucionaria de que es depositaria, lo que constituye el principal legado de Trotsky. En Chile, en agosto de 2006, cabe preguntarse por la vigencia de su obra que es lo mismo que interrogarse por la vigencia de la estrategia de la Revolución y Dictadura Proletarias.
   No escribimos este panfleto con otra finalidad que la de dar la lucha por llegar a los obreros y a los militantes revolucionarios, con las ideas y el programa trotskistas, que son las ideas y el programa del proletariado.
   Si recordamos hoy los 66 años del asesinato de Trotsky, lo hacemos porque su obra y legado políticos siguen plenamente vigentes. La descomposición del orden burgués, la crisis económica del capitalismo y la guerra que ha declarado el imperialismo a las masas del medio oriente y del mundo entero, son el combustible que activa la resistencia de las masas y naciones oprimidas. En este proceso mundial, de lucha de clases, la revolución proletaria sigue siendo la única salida a la crisis de la humanidad y su consumación sólo será posible en tanto los revolucionarios seamos capaces de reconstruir la IV Internacional, como estado mayor de los explotados en combate.


                                           II


   Pero este combate, compañeros, no lo hacemos en abstracto. Este combate debemos darlo hoy, como decíamos: en Chile, en agosto de 2006. Esto significa identificar con claridad cuáles son nuestros objetivos, nuestros aliados, nuestras fuerzas y por supuesto, cuáles nuestros obstáculos y enemigos.
   Debemos partir señalando que el movimiento obrero y de masas en Chile, avanza trabajosamente saliendo al enfrentamiento de la burguesía y el imperialismo, que no hacen otra cosa que saquear el país y sumirlo en la miseria y el hambre. La cabeza de esta ofensiva anti-obrera y anti-nacional, lo constituye el Gobierno de Bachelet, continuador –como es- de los gobiernos burgueses de la Concertación, que sigue cuidando el modelo pinochetista, y en estos cinco meses no ha hecho otra cosa que profundizar la ofensiva en contra de los trabajadores flexibilizando las relaciones laborales, coartando la libertad sindical y atacando los derechos sociales en materia de salud, vivienda y educación.
   Este ataque del Gobierno sirve los intereses de los pulpos capitalistas y de las multinacionales que se han apoderado de nuestras riquezas naturales, de los servicios y empresas del estado y que explotan los mismos, apoyándose en la mano de obra barata, en la precariedad laboral y en el hambre de los trabajadores.
   Este ataque a los explotados en Chile forma parte de una ofensiva mayor del imperialismo en contra de las masas a nivel mundial. La masacre genocida que día a día realizan las fuerzas militares de ocupación en Irak, la sangrienta incursión israelí en el Líbano, las amenazas de agresión militar sobre Irán y Corea del Norte, el bloqueo a Cuba y las presiones sobre Venezuela, son sólo los puntos más destacados de la barbarie global a que es arrastrada la humanidad por el imperialismo, en un desesperado intento de superar su crisis y decadencia.
   Bachelet es una simple sirvienta de los intereses del imperialismo y un títere de esta ofensiva en contra de las masas. La misma sumisión que se traduce en la política interna, la exhibe el Gobierno en su política internacional. En efecto, su diplomacia sigue –más allá de algunos exabruptos- rigurosamente las órdenes de Washington subordinando la soberanía nacional a los intereses de las multinacionales. Es el caso que se presenta, por ejemplo, en el manejo de la crisis energética del gas: lo concreto es que más allá del precio a que vendan las multinacionales el gas argentino, las multinacionales que lo distribuyen en Chile cobran por él hasta 10 veces su valor en el mercado interno. Frente a este caso el Gobierno no ha hecho más que centrar el problema en la relación con Kirchner, el Presidente argentino, pasando por alto esta cuestión esencial que la obligaría a atacar a los capitalistas.
   Por lo anterior resulta obligado esclarecer que la lucha contra la burguesía y el imperialismo, se inicia en el combate en contra del Gobierno que opera como su lugarteniente: el de Bachelet.
   Pero las masas no sufren pasivamente estas políticas. Sobre todo este año han comenzado a salir a la lucha de forma episódica y explosiva. Sin lograr todavía conformarse en un torrente generalizado, diversos sectores ya han salido a la calle a reclamar por sus reivindicaciones. El movimiento secundario por su alcance nacional y radicalidad, es el más relevante al punto que luego de las movilizaciones de mayo-junio se preparan en estos días para volver a las calles.
   La huelga minera de La Escondida, el movimiento de los estibadores de Iquique, las anunciadas paralizaciones de la CONFENATS y, en otro orden, el corte de accesos a Chiloé y el movimiento valdiviano contra la planta de Celulosa Arauco, ofrecen un panorama general en el que lo dominante es la tendencia al conflicto, a la movilización y acción directas, haciendo la situación potencialmente explosiva.
   Poco a poco las tradiciones de lucha de las masas van emergiendo y tras la Dictadura de Pinochet y la interminable transición concertacionista, aparecen los signos de vitalidad que hicieran poderoso al movimiento obrero y de masas chileno. Esta tendencia día a día se hace presente y es nuestra responsabilidad penetrar en estos movimientos, elevar este proceso a nivel programático y construir en él el partido obrero revolucionario.


                                             III


   Esta última cuestión, la necesidad de un partido revolucionario, es capital y resume el conjunto de los problemas que atraviesan las masas y su vanguardia. La ausencia de un auténtico partido obrero revolucionario, es la médula de los problemas políticos y parte sustancial de su estructuración comienza en el balance de la experiencia de la Unidad Popular.
   La derrota histórica del 11 de septiembre de 1973 que abrió paso al fascismo pinochetista, es el necesario resultado de la política reformista y de colaboración de clases que propugnaba la UP. Cuatro décadas atrás, en Europa, las masas fueron llevadas al matadero como resultado de la política de Frente Popular. Trotsky señaló con claridad que el Frente Popular era la antesala del fascismo y alertó a la vanguardia revolucionaria sobre la necesidad de propugnar una política de independencia de clase, que pasando por encima de la institucionalidad demo-burguesa y del cretinismo parlamentario, conjurara la amenaza fascista con la victoria del proletariado asentada en la acción directa y la lucha.
Paso por paso, las capitulaciones a la burguesía por parte de Allende y los partidos de la Unidad Popular, reprodujeron milimétricamente las de Blum en Francia y de Largo Caballero en España. De esa forma el llamado “socialismo con empanadas y vino tinto”, la Vía Chilena al Socialismo, demostró histórica y empíricamente su total fracaso.
   Pero este fracaso no es el fracaso del programa proletario, de la revolución obrera. Es el fracaso de las concepciones pequeñoburguesas que se asientan en las ilusiones democráticas y en la falsa idea de que es posible acceder al socialismo mediante un camino pacífico de reformas consensuadas socialmente.
   Esta es la concepción que ha sido derrotada y que debe ser erradicada de las filas de la izquierda, conjuntamente con las direcciones pro burguesas de los partidos Comunista y Socialista. Continuidad de esas concepciones lo conforma la política que hoy sostienen estos partidos, los principales de la izquierda chilena. Luego de las capitulaciones que condujeran a la derrota del 73 y de haber impulsado la “transición a la democracia” durante el período de lucha antidictatorial, hoy día ofician de sostenedores del régimen.
   El partido Socialista lleva más de quince años, desde 1990, en el gobierno. Desde el año 2000, hasta hoy, dos militantes de sus filas han ostentado la Presidencia de la República. Durante todo este tiempo han sido sostenedores del régimen pinochetista, de su modelo económico y durante su detención en Londres, del propio Pinochet. El PS se ha vaciado de su pasado contenido obrero y ha pasado a conformarse como un partido burgués, a la usanza de los partidos socialdemócratas europeos, como el PSOE. La represión sobre el pueblo mapuche, el encarcelamiento de militantes de izquierda, la entrega del país al imperialismo, el sometimiento al pinochetismo, son todas políticas llevadas adelante por los gobiernos de la Concertación con la aquiescencia y la voluntad del Partido Socialista, que frente a las masas está decididamente en la otra vereda, la de los patrones.
   Por su parte, el Partido Comunista -luego de coquetear con el foquismo petardista a comienzos de los 80- ha reducido su accionar a promover acuerdos electorales para “profundizar” la democracia, para acabar con los enclaves pinochetistas y modificar la Constitución. Todas estas políticas persiguen exclusivamente hacerse de un puestito en la institucionalidad burguesa y ¿por qué no?, en la propia Concertación. Así como llamaron a votar por Aylwin en 1989, este año llamaron a votar por la Bachelet en segunda vuelta. Hoy día, en lugar de volcar la influencia que tienen en las organizaciones de masas, sindicales y estudiantiles hacia el terreno de la movilización, aparecen concentrados en una mezquina e insignificante campaña contra el sistema electoral binominal, en la que algo podrán obtener si es que Piñera se los concede.
   El resumen es claro, los principales partidos de la izquierda chilena, el PS y el PC, responsables de la derrota de 1973, no han sacado ninguna lección de tan horrorosa experiencia para los trabajadores. Pareciera que 10.000 ejecutados políticos, centenares de miles de exiliados, torturados y desaparecidos, no son suficiente: estos partidos siguen empantanados en el electoralismo y esta determinación los torna en inservibles para la revolución.
   Con Trotsky hemos de concluir que la única salida para la crisis en Chile y para toda la humanidad, pasa por la construcción de un auténtico partido obrero revolucionario. Las bases de la izquierda, las bases militantes del propio PS y PC, tienen sobre sí la responsabilidad de afrontar esta tarea, superar la deleznable tradición reformista y de capitulaciones a la burguesía y pasar a enarbolar el programa revolucionario del proletariado y su estrategia de poder.
   Cualquier otra propuesta desde las filas de la izquierda es demagogia barata. Dar contenido programático a la lucha, plantear abiertamente la expropiación de la burguesía, la expulsión del imperialismo y la destrucción del estado burgués, son las cuestiones que necesariamente han de consumarse si queremos efectivamente sacar al país del hambre, la miseria y el atraso.
Si nos reivindicamos del socialismo y los trabajadores es porque planteamos la necesidad de que la clase obrera, acaudillando a las masas explotadas y oprimidas, imponga un verdadero Gobierno Obrero-Campesino, asentado en los órganos de poder de las masas. Un verdadero gobierno revolucionario que resuelva los problemas nacionales desde su raíz, acabando con la explotación del hombre por el hombre.
   Estas concepciones del marxismo-leninismo-trotskismo, erradicadas por completo del discurso de la izquierda con la excusa de estar superadas, son las que reivindicamos los militantes del GOR-CLC y las entendemos patrimonio político del conjunto de los explotados. Polemizando con los reformistas, sostenemos que lo único que está superado por la realidad es el capitalismo. Que si la burguesía no puede resolver los problemas nacionales es porque constituye su esencia. Que si los patrones no pueden gobernar, debemos prepararnos para expulsarlos del poder.
   Contra las reformas imperialistas, contra los genocidas parapetados en el régimen, contra la patronal y los colaboracionistas, estamos los revolucionarios en el seno de las masas explotadas. Desde allí hemos continuar la lucha que el estalinismo pretendió frustrar asesinando hace 66 años a Trotsky. Su legado, que hacemos nuestro, no hace otra cosa que rejuvenecer y adquirir mayor vigencia en la misma medida que la crisis capitalista lleva al desbarranque político a burgueses y pro-burgueses.
   Desde acá, desde el sur del mundo, puño en alto recordamos al maestro revolucionario uniéndonos a la marcha de los explotados en lucha. En la arena de la lucha de clases, han de superarse las ilusiones en la democracia burguesa; en la arena de la lucha de clases ha de derrotarse al imperialismo con un frente único antiimperialista; en la lucha de clases aplastaremos a explotadores y genocidas. Clase contra clase, forjaremos el partido obrero revolucionario, la sección chilena de la IV Internacional. Haremos justicia a la memoria de Trotsky y a la de miles de revolucionarios que han caído en el combate. Para ellos nuestro único homenaje será la victoria.

                        ¡VIVA LA IV INTERNACIONAL!

      ¡VIVAN LA REVOLUCIÓN Y DICTADURA PROLETARIAS!

          ¡EN LA LUCHA DE LOS EXPLOTADOS TROTSKY VIVE!

Grupo Obrero Revolucionario-Contra la Corriente


Valparaíso, 20 de agosto de 2006

COMPAÑERO JUAN YÁÑEZ:HASTA LA VICTORIA DEL PROLETARIADO, ¡¡SIEMPRE!!

COMPAÑERO JUAN YÁÑEZ:HASTA LA VICTORIA DEL PROLETARIADO, ¡¡SIEMPRE!!

     La muerte intempestiva,  abrupta y rápida del compañero Juan Yáñez, ocurrida el día de ayer 29 de julio, enluta a la militancia trotskista del CERCI, a sus secciones en Bolivia, Brasil y especialmente a su sección argentina, el Partido Obrero Revolucionario. También lo hace con nuestra organización –simpatizante del CERCI- y desde luego con la vanguardia obrera chilena y argentina, en las cuales nuestro camarada ocupó un lugar en primera fila.

    Pocas veces un individuo –como Juan- expresa de manera concentrada las cualidades y atributos de su clase y de manera tan completa. Su corta vida -fallece a los 55 años- fue de una intensidad marcada por los procesos revolucionarios que le tocó vivir en Chile hasta 1973, y en la Argentina hasta el día de hoy. Fue un sobreviviente de la Dictadura de Pinochet y de Videla, y luego de la persecución por parte de la patronal y los aparatos represivos en la Provincia de Neuquén, en “democracia”. Juan Yáñez sostuvo en su vida una sola línea política y una sola moral: la del proletariado.

    Comienza su militancia en un ala izquierdista de la Juventud Socialista de Chile en la ciudad de Valparaíso, puerto del que es originario. Rápidamente su accionar le llevó a la ruptura con la línea frentepopulista y de colaboración de clases de Allende y la Unidad Popular, participando como voluntario en el proceso de sindicalización del proletariado rural y en los propios Cordones Industriales, embrionarios del doble poder emergente en Chile en aquéllos días.

    El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, que aplastó con la represión pinochetista el proceso revolucionario, encontró a Juan en el combate y en pleno proceso de lucha política, con tendencias del MIR, MAPU-Garretón, Regional Cordillera del PS y su propia base militante en la JS, en la perspectiva de la formación del que sería el Partido de la Revolución Socialista en Chile. Se trataba de tendencias instintivas de la vanguardia de acercarse al programa proletario que encarna la IV Internacional.

    En esos días las principales alas trotskistas (casi todas las imaginables estaban presentes en Chile) eran incapaces de romper el aislamiento respecto de las masas, producto subsidiario de la generalizada capitulación a Allende y al castrismo (MIR), como era el caso del PSR de Vitale. El único embrión de partido revolucionario, la Organización Marxista Revolucionaria (OMR), estaba recién dando sus primeros pasos en el Cordón Industrial Pesquero y Servicios, de Talcahuano. Juan no tomó contacto con esta organización y el proceso de estructuración del partido revolucionario fue truncado por el Golpe Militar, como la propia revolución.

    Luego de caer en prisión y ser torturado, Juan –como miles de obreros en aquellos días- logró huir  de las garras del fascismo y llegó a Mendoza. Radicado allí, viviendo en la semiclandestinidad, rompe filas con los refugiados que comienzan a ampararse en los organismos humanitarios y salir rumbo a Europa. Juan, como siempre en su vida, escoge el camino de la resistencia y la lucha y se incorpora a trabajar en la construcción como albañil.

    Su ingreso a la UOCRA marca un punto de inflexión en su vida, desde ese momento –incorporado no sólo política sino que orgánicamente a la clase obrera, ahora argentina- comenzaría su proceso de formación política, que lo transformaría en uno de los más importantes dirigentes obreros del sur argentino.

    Fue precisamente en una de las campañas internacionales por su desprocesamiento y cese de pedido de captura, que ya en 1986, desde Chile tuvimos noticias de esta campaña en su favor, lo que para los revolucionarios que luchábamos contra la dictadura de Pinochet, significó un alerta importante: bajo la “democracia” alfonsinista, no se encubría otra cosa más que la misma dictadura del capital.

    La actividad de Juan alcanza un punto determinante con la gesta de los obreros de Piedra del Águila -en la obra de construcción de la Represa que lleva su nombre- y en la que laboraron miles de obreros durante más de seis años, y en particular de su histórica marcha sobre Neuquén que justo en estos días cumple veinte años. Luego participa del Cutralcazo y fue protagonista de trinchera de todo el convulsivo proceso de lucha de clases que ha sacudido a la Argentina y a la Patagonia en el último cuarto de siglo. Lo mismo se puede decir en su empeño por poner en pie una lista proletaria y antiburocrática al interior de la UOCRA.

    Pero su militancia, como la de todo revolucionario, no se agotó ahí. Juan batalló incansablemente por la construcción del partido obrero revolucionario, su sección argentina y por la reconstrucción del partido mundial de la revolución socialista, la IV Internacional. Más que cualquier otra caracterización, Juan Yáñez fue ante todo un trotskista y en  consecuencia un cuartainternacionalista, ejemplar.

    Tuvimos la suerte de conocerlo en octubre de 1992, en la ciudad de Mendoza, cuando nuestra corriente en Chile daba sus primeros pasos. Él venía como delegado del naciente Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional, CERCI, que en ese entonces integraba el POR argentino, junto a el POR boliviano, la TPOR brasileña y Socialismo Revolucionario del Uruguay. En ese primer encuentro –trascendental en todo nuestro devenir político- Juan, junto con debatir apasionadamente las cuestiones candentes de la lucha de clases internacional y en particular de Chile, demostró una claridad completa para analizar y orientar nuestro trabajo, poniendo en evidencia que a pesar de su exilio, había sido capaz de seguir atentamente el proceso político de desmoronamiento de la dictadura de Pinochet y de transición democrática, que comandaba el imperialismo.

    En ese entonces, Juan Yáñez venía del proceso de ruptura con la burocracia altamirista enquistada en la cúpula del Partido Obrero, y en particular con su ominoso proceso de adaptación a la democracia burguesa y su giro desembozado al electoralismo. Fue atacado y calumniado en la misma medida que sus adversarios eran incapaces de sostener un debate político en términos marxistas y revolucionarios. Sin embargo su moral, se mantuvo sin manchas y su ímpetu revolucionario de mantenía en alto en esos días de la misma forma que lo estuvo hasta el día de ayer.

    Sobreviviente  de dos de las más horrorosas dictaduras que ha conocido el Cono Sur latinoamericano, protagonista de riquísimos procesos revolucionarios, dirigente obrero y militante trotskista, eso era Juan. Podemos proclamar con orgullo que hemos militado junto a Juan Yáñez, el incansable luchador e implacable polemista, el valiente portador de la bandera sin manchas de la IV Internacional.

    No estaremos físicamente en Neuquén en sus exequias. Nos lo impiden las limitaciones cotidianas. Pero políticamente, puño en alto, estamos con él, con sus compañeros y su familia. Despedimos al maestro revolucionario y al proletario. Nuestro mejor homenaje será el redoblar nuestros esfuerzos por reconstruir la IV Internacional y, desde luego, la victoria. 

¡COMPAÑERO JUAN YAÑEZ, PRESENTE!

¡AHORA Y SIEMPRE¡

¡HASTA EL TRIUNFO REVOLUCIONARIO!

¡VENCEREMOS!  

Raúl Bengolea,

Valparaíso, 30 de julio de 2006

por el Grupo Obrero Revolucionario-Contra la Corriente (GOR-CLC)

 

LUCHA OBRERA FRENTE A LA OFENSIVA DE BACHELET Y SU CAMBIO DE GABINETE

LUCHA OBRERA FRENTE A LA OFENSIVA DE BACHELET Y SU CAMBIO DE GABINETE

1.- El abrupto cambio de Gabinete de Bachelet ha abierto un conjunto de especulaciones, por medio de las cuales los medios buscan fortalecer las posiciones de distintos sectores del régimen. Se trata, en apariencia,  de tres ministros DC que ingresan a reemplazar a otros DC: la salida de Zilic de Educación no puede sorprender a nadie, luego de la portentosa movilización estudiantil de mayo-junio; la salida de Antoniocevic de Economía, responde a salvar los equilibrios de tendencias al interior de la propia DC. Sin embargo, la salida de Andrés Zaldívar y su reemplazo por Belisario Velasco, tiene un significado más potente y da cuenta de un viraje gubernamental.

2.- Velasco fue Subsecretario de Interior de Aylwin y de Frei, durante casi la primera década de la Concertación, y tuvo a su cargo –especialmente- la formación de todo el aparato de inteligencia y represión política concertacionista. Marcelo Schilling y Jorge Burgos, que terminaron –de un modo menor- pagando los platos rotos por las negociaciones con el FPMR mientras tuvieron a su cargo la llamada “Oficina”, no fueron otra cosa que peones de Velasco, quien garantizó la continuidad de las políticas represivas del régimen desde un segundo puesto relativo, como Subsecretario.

3.- Los bandazos de Bachelet frente a la movilización de los secundarios, la incapacidad de anticiparse al desarrollo de éste y otros conflictos, de establecer canales estables de comunicación con la burocracia sindical y con los gremios –no olvidemos que en estos días los camioneros hicieron su primer movimiento de un plan de movilizaciones contra el impuesto al diésel- gatillaron de un modo decisivo la salida de Zaldívar, quien llegó a ese cargo principalmente como compensación a la pérdida de su senaturía por Santiago Poniente.

4.- Ante este cuadro la tarea que viene a desempeñar Velasco no mueve a equívocos: viene a ordenar las tareas represivas, a ajustar la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) que encabeza el ex abogado de DD.HH. Gustavo Villalobos y, en general, a dar cuerpo al necesario endurecimiento del régimen. Esta campaña de “mano dura”, más allá del lugar común de la derecha pinochetista, se ha tornado especialmente aguda en el último año y ha cobrado con Bachelet mayor virulencia, toda vez que viene protegida con el paraguas de las ilusiones democráticas que –aunque decaídas- sigue despertando el Gobierno.

5.- Si Velasco está en Interior es –qué duda cabe- porque la burguesía y el imperialismo necesitan un represor con ese prontuario y además con profusos nexos con la izquierda, derivados de sus negocios en Cuba que le han dado línea directa con Fidel. El “desarme” del FPMR, el aislamiento del Mapu Lautaro que culminara con el encarcelamiento de Ossandón en 1994, la muerte del cro. Ariel Antonioletti (primer ejecutado en “democracia”) y los que le siguieron, la militarización de la zona de Arauco para reprimir el movimiento mapuche, son algunas de las “obras” de Velasco.

6.- Este represor y asesino ha actuado de esta forma, con total impunidad judicial y política, precisamente porque ha logrado extender su arco de influencias desde la derecha hasta el stalinismo que colaboró –objetivamente- en las tareas represivas que significaron “pacificar” la transición, con su política que los llevara en 1989 apoyar a Aylwin en las presidenciales y renunciar a la lucha en aras de la recuperación democrática. Misma política que perpetuaran en enero de este año al llamar a votar por Bachelet.

7.- Si la izquierda reformista y democratizante, encabezada por el Partido Comunista, no constituye una referencia para los explotados y oprimidos, para la inmensa masa trabajadora, se debe prioritariamente a que se encuentra dedicada –de forma única y exclusiva- a abrir un espacio dentro de la institucionalidad burguesa, con la campaña por la modificación al sistema electoral binominal, a la que han llamado “Campaña contra la Exclusión”.  

8.- Así, en lugar de trabajar por la unificación de los conflictos, los  burócratas sindicales “izquierdistas” (Araya en CONFENATS, Pavez en Profesores y desde la propia dirección de la CUT) se limitan a hacer de vagón de cola de Bachelet. En la misma línea, durante la movilización de los secundarios, en especial el pasado 5 de junio cuando la única salida era impulsar un Paro Nacional, UN SOLO PARO, en apoyo al movimiento estudiantil, hicieron gárgaras con la solidaridad, llamaron a un “Paro Social” testimonial, sin preparación, que terminó por debilitar a los pingüinos y acentuar su aislamiento.

9.- Desde el Grupo Obrero Revolucionario – Contra la Corriente, llamamos al conjunto de los militantes que se reclaman de la izquierda y la revolución a salir al combate con el arma decisiva en este combate: un auténtico Partido Obrero Revolucionario. Se hace urgente e imperioso estructurar esta dirección que ponga al centro las reivindicaciones de los explotados, luche por superar las ilusiones democráticas de las masas y proyecte el combate diario de las masas en lucha por el poder político. No se trata simplemente de abrir espacios democráticos.

10.- La superación de la crisis que arrastra nuestra sociedad no será el resultado de una modificación legal, ni al régimen electoral ni a la Constitución, es necesario derribar a la burguesía del poder y expulsar al imperialismo. Esto sólo será el resultado de la acción multitudinaria de las masas, que asentada en sus propios órganos asamblearios de poder, expropie a la burguesía y libere las fuerzas productivas poniéndolas al servicio del conjunto de la sociedad.  

11.- Los cien mil millones de dólares que cada año producimos los trabajadores en este país, alcanzan sobradamente para garantizar un sueldo y jubilación equivalente a la canasta familiar, garantizar la educación, salud y vivienda gratuitas. Si estamos sumidos en la miseria, y para mantenernos en ella nos reprimen, es porque la burguesía criolla es incapaz de gobernar y de resolver el más mínimo de los problemas sociales. La expulsión de la burguesía del poder sólo podrá materializarse por la clase obrera, acaudillando al conjunto de las masas explotadas y oprimidas.

12.- Este nuevo gobierno revolucionario que llamamos a estructurar, un verdadero Gobierno Obrero-Campesino, será el régimen más democrático que se haya conocido en la historia de nuestro país, resolviendo las tareas democráticas, nacionales y socialistas de la revolución proletaria en Chile. Poder para los explotados, Dictadura Proletaria, para barrer con los explotadores, con sus gobiernos pro-imperialistas y sus títeres. Unificar las luchas y enfrentar la represión que prepara Bachelet, son las tareas del momento. La construcción del partido revolucionario nos unirá en este combate. 

A BARRER CON LA REPRESIÓN Y LOS GENOCIDASCON LA ACCIÓN DIRECTA Y LA MOVILIZACIÓN 

LIBERTAD A LOS PRESOS POLÍTICOS CHILENOS Y MAPUCHE UNIFICAR LAS LUCHAS CONTRA EL GOBIERNO PRO-IMPERIALISTA DE BACHELET 

Valparaíso, 15 de julio de 2006

GOR-Contra la Corriente

TROTSKY: Clase, partido y dirección ¿Por qué ha sido vencido el proletariado español? (Cuestiones de teoría marxista)

TROTSKY: Clase, partido y dirección ¿Por qué ha sido vencido el proletariado español? (Cuestiones de teoría marxista)

Este artículo está inacabado y ha sido reconstruido según las notas y los fragmentos encontrados en un dossier tras el asesinato de Trotsky en agosto de 1940. Fue publicado en New Internacional en diciembre de 1940. Lo ponemos a disposición de nuestros lectores por cuanto creemos que expone en profundidad el problema de la ausencia del partido revolucionario y su relación con la maduración de las masas. En Chile, la cuestión del "reflujo de masas" -que ha servido de taparrabos a muchos oportnuistas de "izquierda- transita por el tema aboradado magistralmente por el revolucionario León Trotsky, teniendo como telón de fondo la derrota de la revolución española.

"Se puede juzgar hasta qué punto ha retrocedido el movimiento obrero no sólo a través del estado de las organizaciones de masas, sino también estudiando los reagrupamientos ideológicos en curso y las investigaciones teóricas que han emprendido tantos grupos. En París aparece el periódico Que faire? que, por una u otra razón, se considera marxista pero que en realidad se sitúa enteramente dentro del marco del imperialismo de los intelectuales burgueses de izquierda y de esos trabajadores aislados que han cogido todos los vicios de los intelectuales.Como todos los grupos que no tienen ni base teórica, ni programa, ni tradición, este pequeño periódico ha intentado agarrarse a los faldones del POUM que parecía ofrecer a las masas un atajo para la victoria. Sin embargo, el resultado de la revolución española es, a primera vista, inesperado: este periódico no ha progresado, sino que ha retrocedido. En realidad esto está en la esencia de las cosas. Las contradicciones entre la pequeña burguesía y el conservadurismo por una parte y la necesidad de la revolución proletaria por otra se han tensado al máximo. Nada más natural que los defensores e intérpretes de la política del POUM hayan sido relegados muy lejos tanto en el plano político como teórico.Que faire? no tiene en sí mismo y por sí mismo ninguna importancia. Pero tiene interés en cuanto síntoma. Es por lo que nos parece útil detenernos en sus apreciaciones sobre las causas de la derrota de la revolución española, en la medida en que clarifica las características actuales del ala izquierda del pseudomarxismo.

‘Que faire?’ explica

Empezamos reproduciendo literalmente esta cita extraída de un resumen del folleto L’Espagne livrée de nuestro camarada Casanova: "¿Por qué ha sido aplastada la revolución? Porque el PC, responde el autor, llevaba una política errónea que era, por desgracia, seguida por las masas revolucionarias". ¿Pero por qué diablos las masas revolucionarias que han roto con sus antiguos dirigentes, se han alineado bajo la bandera del PC? "Porque el auténtico partido revolucionario no estaba maduro". Es una pura tautología. Se trata de una política falsa seguida por las masas de un partido no maduro, o más bien se trata de la manifestación de una determinada disposición de las fuerzas sociales (falta de madurez de la clase obrera, falta de independencia del campesinado) que hay que explicar a partir de los hechos relatados, entre otros, por el propio Casanova, o se trata más bien del efecto de las acciones de ciertos individuos o grupos maléficos no contrarrestadas por los esfuerzos equivalentes de "individuos sinceros" únicos cualificados para salvar las revoluciones. Después de haber tratado superficialmente la primera vía, la no marxista, Casanova emprende resueltamente la segunda. Estamos en una pura demonología. El responsable de la derrota es el diablo-jefe, Stalin, secundado por los diablillos anarquistas y otros: la desgracia ha querido que el dios de los revolucionarios no haya enviado a España un Lenin o un Trotsky como hizo en Rusia en 1917.La conclusión que se deriva es: "Esto sucede cuando se quiere imponer, cueste lo que cueste, a los hechos, la ortodoxia petrificada de una pandilla".Esta retahíla teórica es tanto más espléndida en cuanto que es difícil concebir cómo se pueden concentrar en tan pocas líneas tantas observaciones banales, triviales o falsas.El autor del párrafo antes citado se cuida muy bien de dar la más mínima explicación de la derrota de la revolución española: se contenta con indicar que hay que recurrir a explicaciones más profundas como "el estado de las fuerzas sociales". No es casual que evite así cualquier explicación. Todas estas críticas al bolchevismo están hechas por teóricos timoratos por la sencilla razón de que no tienen nada sólido sobre lo que basarse. Para evitar tener que revelar su propio fracaso deben hacer juegos de manos con los hechos y vagar en torno a las opiniones de los demás. Se limitan a alusiones y semiopiniones como si no tuviesen tiempo de dar definiciones sacadas de su propio juicio. En realidad es que no tienen ningún juicio. Su altivez es inseparable de su charlatanería intelectual.Analicemos una a una las alusiones y semiopiniones de nuestro autor. Una política errónea de masas no puede explicarse, según él, más que como la "manifestación de un determinado estado de las fuerzas sociales", es decir, "la falta de madurez de la clase obrera" y la "falta de independencia del campesinado". Si le gustan las tautologías, sería difícil encontrarlas más vulgares. ¿Una "política errónea de masas" se explica por su "falta de madurez"? ¿Pero qué es la "falta de madurez" de las masas? Evidentemente es su predisposición a seguir una política errónea. ¿En qué consistía esta política errónea? ¿Quiénes eran los iniciadores? ¿Las masas o los dirigentes? Nuestro autor no dice nada al respecto. Y por esta tautología, traspasa la responsabilidad a las masas. Este clásico truco, utilizado por todos los traidores, los desertores y sus abogados, es especialmente irritante cuando se trata del proletariado español.La sofística de los traidores.En 1936  por no remontarnos más lejos los obreros españoles han rechazado el ataque de los oficiales, que habían puesto a punto su conspiración bajo el ala protectora del Frente Popular. Las masas han improvisado milicias y han levantado comités obreros, ciudadelas de su propia dictadura. Por su parte, las organizaciones dirigentes del proletariado han ayudado a la burguesía a disolver esos comités, a poner fin a los atentados de los obreros contra la propiedad privada y a subordinar las milicias obreras a la dirección de la burguesía y, para colmo, con el POUM participando en el gobierno, tomando así directamente su responsabilidad en el trabajo de la contrarrevolución. ¿Qué significa, en tal caso, la falta de madurez del proletariado? Es evidente que significa simplemente que, aunque las masas hayan adoptado una línea correcta, no han sido capaces de romper la coalición de socialistas, comunistas, anarquistas, y del POUM con la burguesía. Este modelo de sofisma proviene del concepto de una especie de madurez absoluta, es decir, de una condición de perfección de las masas en la cual no tienen ninguna necesidad de una dirección, o mejor aún, son capaces de vencer contra su propia dirección. Pero una madurez tal ni existe ni puede existir."¿Pero por qué los obreros que han mostrado un instinto revolucionario tan seguro, y aptitudes tan superiores en la lucha, irían a someterse a una dirección traidora?", alegan nuestros sabios. Responderemos que no ha habido la más mínima señal de tal sumisión. El camino de lucha seguido por los obreros cortaba en todo momento bajo un determinado ángulo el de las direcciones y, en los momentos más críticos, este ángulo era de 180º. La dirección entonces, directa o indirectamente, ayudaba a someter a los obreros por la fuerza de las armas.En mayo de 1937, los obreros de Cataluña se sublevaron, no sólo a pesar de sus propias direcciones sino en contra suya. Los dirigentes anarquistas  burgueses patéticos y despreciables, disfrazados malamente de revolucionarios han repetido cientos de veces en la prensa que si la CNT hubiese querido tomar el poder en mayo, lo hubiese hecho sin dificultad. Y esta vez, lo que dicen los anarquistas es la pura verdad. La dirección del POUM se colgó literalmente de los faldones de la CNT, y se contentó con cubrir su política de una fraseología diferente. Debido solamente a esto, la burguesía consiguió aplastar la sublevación de mayo de este proletariado "falto de madurez". Es necesario no haber comprendido nada de lo que se refiere a las relaciones entre clase y partido, entre las masas y sus dirigentes para repetir la frase hueca según la cual las masas españolas no han hecho nada más que seguir su dirección. Todo lo que se puede decir sobre esto es que las masas, que han intentado sin cesar abrirse un camino hacia la vía correcta han descubierto que la construcción, en el fragor mismo del combate, de una nueva dirección que respondiera a las necesidades de la revolución, era una empresa que sobrepasaba sus propias fuerzas. Estamos en presencia de un proceso dinámico en el cual las diferentes etapas de la revolución se suceden rápidamente, en el curso del cual la dirección, es decir distintos sectores de la dirección, desertan y se pasan de un solo golpe al lado del enemigo de clase, y la dirección en que se empeñan nuestros sabios se mantiene puramente estática: ¿por qué la clase obrera en su conjunto ha seguido una mala dirección?

La manera dialéctica de abordar este problema

Existe un viejo dicho que refleja la concepción evolucionista y liberal de la historia: un pueblo tiene el gobierno que se merece. La historia nos demuestra, no obstante, que un solo y mismo pueblo puede tener durante un período relativamente breve, gobiernos muy diferentes (Rusia, Italia, Alemania, España, etc.) y además que el orden en que éstos se suceden no tiene siempre el mismo sentido, del despotismo hacia la libertad, como creen los liberales evolucionistas. El secreto de este estado de cosas reside en que un pueblo está compuesto de clases hostiles y que estas mismas clases están formadas por capas diferentes, parcialmente opuestas unas a otras y que tienen diferentes orientaciones. Y además, todos los pueblos sufren la influencia de otros pueblos, compuestos a su vez de clases. Los gobiernos no son la expresión de la "madurez" siempre creciente de un "pueblo", sino el producto de la lucha entre las diferentes clases y las diferentes capas en el interior de una sola y misma clase y, además, de la acción de fuerzas exteriores  alianzas, conflictos, guerras, etc. . Hay que añadir que un gobierno, desde el momento en que se establece, puede durar mucho más tiempo que la relación de fuerzas del cual ha sido producto. Es a partir de estas contradicciones históricas que se producen las revoluciones, los golpes de estado, las contrarrevoluciones.El mismo método dialéctico debe emplearse para tratar la cuestión de la dirección de una clase. Al igual que los liberales, nuestros sabios admiten tácitamente el axioma según el cual cada clase tiene la dirección que merece. En realidad, la dirección no es, en absoluto, el "simple reflejo" de una clase o el producto de su propia potencia creadora. Una dirección se constituye en el curso de los choques entre las diferentes clases o de las fricciones entre las diversas capas en el seno de una clase determinada. Pero tan pronto como aparece, la dirección se eleva inevitablemente por encima de la clase y por este hecho se arriesga a sufrir la presión y la influencia de las demás clases. El proletariado puede "tolerar" durante bastante tiempo a una dirección que ya ha sufrido una total degeneración interna, pero que no ha tenido la ocasión de manifestarlo en el curso de los grandes acontecimientos. Es necesario un gran choque histórico para revelar de forma aguda, la contradicción que existe entre la dirección y la clase. Los choques históricos más potentes son las guerras y las revoluciones. Por esta razón la clase obrera se encuentra a menudo cogida de sorpresa por la guerra y la revolución. Pero incluso cuando la antigua dirección ha revelado su propia corrupción interna, la clase no puede improvisar inmediatamente una nueva dirección, sobre todo si no ha heredado del período precedente los cuadros revolucionarios sólidos, capaces de aprovechar el derrumbamiento del viejo partido dirigente. La interpretación marxista, es decir dialéctica, y no escolástica, de las relaciones entre una clase y su dirección no deja piedra sobre piedra de los sofismas legalistas de nuestro autor.

Cómo se efectuó la maduración de los obreros rusos

Éste concibe la madurez del proletariado como un fenómeno puramente estático. Sin embargo, en el curso de una revolución la conciencia de clase es el proceso más dinámico que puede darse, el que determina directamente el curso de la revolución. ¿Era posible en enero de 1917 o incluso en marzo después del derrocamiento del zarismo, decir si el proletariado ruso había "madurado" lo suficientemente como para conquistar el poder en el plazo de ocho a nueve meses? La clase obrera era, en ese momento, totalmente heterogénea social y políticamente. Durante los años de guerra, se había renovado en un 30 o 40% a partir de las filas de la pequeña burguesía, a menudo reaccionaria, a expensas de los campesinos atrasados, a expensas de las mujeres y los jóvenes. En marzo de 1917, sólo una insignificante minoría de la clase obrera seguía al partido bolchevique y además, en su seno reinaba la discordia. Una aplastante mayoría de obreros sostenía a los mencheviques y a los "socialistas revolucionarios" es decir a los socialpatriotas conservadores. La situación del ejército y del campesinado era todavía más desfavorable. Hay que añadir además, el bajo nivel cultural del país, la falta de experiencia política de las capas más amplias del proletariado, particularmente en provincias, por no hablar de los campesinos y de los soldados.¿Cuál era el activo del bolchevismo? Al comienzo de la revolución sólo Lenin tenía una concepción revolucionaria clara, elaborada hasta en los más mínimos detalles. Los cuadros rusos del partido estaban desperdigados y bastante desorientados. Pero éste tenía autoridad sobre los obreros avanzados y Lenin tenía una gran autoridad sobre los cuadros del partido. Su concepción política correspondía al desarrollo real de la revolución y la ajustaba a cada nuevo acontecimiento. Estos elementos del activo hicieron maravillas en una situación revolucionaria, es decir en condiciones de una encarnizada lucha de clases. El partido alineó rápidamente su política hasta hacerla responder a la concepción de Lenin, es decir, al auténtico curso de la revolución. Gracias a esto encontró un firme apoyo por parte de decenas de millares de trabajadores avanzados. En pocos meses, basándose en el desarrollo de la revolución, el partido fue capaz de convencer a la mayoría de los trabajadores del acierto de sus consignas. Esta mayoría, organizada en los soviets fue a su vez capaz de atraerse a los obreros y a los campesinos. ¿Cómo podría resumirse este desarrollo dinámico, dialéctico, mediante una fórmula sobre la "madurez" o "inmadurez" del proletariado? Un factor colosal de la madurez del proletariado ruso, en febrero de 1917, era Lenin. No había caído del cielo. Encarnaba la tradición revolucionaria de la clase obrera. Ya que, para que las consignas de Lenin encontrasen el camino de las masas, era necesario que existiesen cuadros, por muy débiles que éstos fueran en principio, era necesario que estos cuadros tuviesen confianza en su dirección, una confianza fundada en la experiencia del pasado. Rechazar estos elementos de sus cálculos, es simplemente ignorar la revolución viva, sustituirla por una abstracción, "la relación de fuerzas", ya que el desarrollo de las fuerzas no cesa de modificarse rápidamente bajo el impacto de los cambios de la conciencia del proletariado, de tal manera que las capas avanzadas atraen a las más atrasadas, y la clase adquiere confianza en sus propias fuerzas. El principal elemento, vital, de este proceso es el partido, de la misma forma que el elemento principal y vital del partido es su dirección. El papel y la responsabilidad de la dirección en una época revolucionaria son de una importancia colosal.

La relatividad de la ‘madurez’

La victoria de Octubre constituye un serio testimonio de la "madurez" del proletariado. Pero es relativa. Algunos años más tarde, es este mismo proletariado el que ha permitido que la revolución fuese estrangulada por una burocratización surgida de sus propias filas. La victoria no es el fruto maduro de la "madurez" del proletariado. La victoria es una tarea estratégica. Es necesario utilizar las condiciones favorables de una crisis revolucionaria a fin de movilizar a las masas; tomando como punto de partida el nivel determinado de su "madurez", es necesario empujarle a ir hacia adelante, enseñarle a darse cuenta que el enemigo no es omnipotente, que está desgarrado por sus contradicciones, que reina el pánico detrás de su imponente fachada. Si el partido bolchevique no hubiese conseguido llevar a buen término ese trabajo, no se podría hablar ni de revolución proletaria. Los soviets hubiesen sido aplastados por la contrarrevolución y los pequeños sabios de todos los países habrían escrito artículos o libros cuyo motivo hubiese sido que sólo visionarios impenitentes podían soñar en Rusia con la dictadura de un proletariado tan débil numéricamente y tan poco maduro.

El papel auxiliar del campesinado

Igual de abstracta, pedante y falsa es la referencia a la "falta de independencia" del campesinado. ¿Dónde y cuándo ha visto nuestro sabio en una sociedad capitalista, un campesinado con un programa revolucionario, independiente o una capacidad independiente de acción revolucionaria? El campesinado puede desempeñar en la revolución un papel importantísimo, pero sólo un papel auxiliar.En muchos casos, los campesinos españoles han actuado con audacia y luchado con valentía. Pero para que toda la masa campesina se sublevara, habría sido necesario que el proletariado diese el ejemplo de un levantamiento decisivo contra la burguesía e inspirase a los campesinos confianza en la posibilidad de la victoria. En cambio la iniciativa del propio proletariado era paralizada a cada momento por sus propias organizaciones.La "inmadurez" del proletariado, la "falta de independencia" del campesinado no son factores decisivos ni fundamentales en los acontecimientos históricos. Lo que sostiene la conciencia de las clases son las propias clases, su fuerza numérica, su papel en la vida económica. Lo que sostiene a las clases es un sistema de producción específico que está determinado a su vez por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. ¿Entonces por qué no explicar que la derrota del proletariado ha estado determinada por el bajo nivel de su tecnología?

El papel de las personalidades

Nuestro autor sustituye el condicionamiento dialéctico del proceso histórico por un determinismo mecánico. De ahí esas burlas fáciles sobre el papel de los individuos buenos o malos. La historia es un proceso de lucha de clases. Pero las clases no miden su peso, ni automática ni simultáneamente. En el proceso de la lucha las clases crean órganos diferentes que juegan un papel importante e independiente y están sujetas a deformaciones. Es esto lo que nos permite, igualmente, comprender el papel de las personalidades en la historia. Por supuesto, existen grandes causas objetivas que han engendrado el régimen autocrático hitleriano, pero sólo pedantes y obtusos profesores del "determinismo" podrían hoy negar el papel histórico que ha desempeñado el propio Hitler. La llegada de Lenin a Petrogrado, el 3 de abril de 1917, ha hecho girar a tiempo al partido bolchevique y le ha permitido llevar la revolución a la victoria. Nuestros sabios podrían decir, que si Lenin hubiese muerto en el extranjero a principios de 1917, la revolución de Octubre hubiese ocurrido "de la misma forma". Pero no es cierto. Lenin constituía uno de los elementos vivos del proceso histórico. Encarnaba la experiencia y la perspicacia de la parte más activa del proletariado. Su aparición en el momento preciso en el terreno de la revolución era necesario a fin de movilizar a la vanguardia y de ofrecerle la posibilidad de conquistar a la clase obrera y a las masas campesinas. En los momentos cruciales de los giros históricos, la dirección política puede convertirse en un factor tan decisivo como el de un comandante en jefe en los momentos críticos de la guerra. La historia no es un proceso automático. Si no ¿para qué los dirigentes? ¿para qué los partidos? ¿para qué los programas? ¿para qué las luchas teóricas?

El estalinismo en España"

¿Pero por qué diablos", hemos oído preguntar a nuestro autor, "las masas revolucionarias que han roto con sus antiguos dirigentes, se han agrupado bajo la bandera del PC?" La cuestión está mal planteada. Es falso decir que las masas habían roto con sus antiguos dirigentes. Los obreros que habían estado antes ligados a unas determinadas organizaciones han seguido agarrados a ellas, siempre observando y controlando. En general, los obreros no rompen fácilmente con los partidos que les han despertado a la vida consciente. Y mucho menos cuando han sido engañados con el sistema de protección mutua que existía en el interior del Frente Popular: si todo el mundo estaba de acuerdo, es que todo iba bien. Las nuevas masas, recientemente despertadas, se volvían naturalmente hacia la Komintern, el partido que había hecho la única revolución proletaria victoriosa y que, se suponía era capaz de suministrar armas a España. Y además, la Komintern era el más celoso defensor del Frente Popular, y esto inspiraba confianza a las capas de obreros sin experiencia. En el seno del Frente Popular, la Komintern era el más celoso defensor del carácter burgués de la revolución: esto inspiraba confianza a la pequeña burguesía y a una parte de la media. Por eso las masas "se alinearon bajo la bandera del PC".Nuestro autor trata esta cuestión como si el proletariado se encontrase en una tienda bien surtida para escoger un par de botas nuevas. Pero ya se sabe que incluso una operación tan sencilla como ésa no se liquida siempre con éxito. Cuando se trata de una nueva dirección, la elección es muy limitada. Sólo poco a poco y sólo sobre la base de su propia experiencia a través de las distintas etapas, las capas más amplias de las masas acaban por convencerse de que la nueva dirección es más firme, más segura, más leal que la antigua. Es cierto que en el curso de una revolución, es decir, cuando los acontecimientos se suceden a un ritmo acelerado, un partido débil puede convertirse en un partido poderoso, con la única condición de que comprenda con lucidez el curso de la revolución y de que posea cuadros probados que no se dejen exaltar por las palabras o aterrorizar por la represión. Pero es necesario que un partido de estas condiciones exista desde mucho antes de la revolución en la medida en que el proceso de formación de cuadros exige plazos considerables y que la revolución no deja tiempo para ello.

La traición del POUM

El POUM estaba en España a la izquierda de los demás partidos y contaba, incontestablemente, en sus filas, con sólidos elementos proletarios revolucionarios, con fuertes ataduras con el anarquismo. Ahora bien, este partido desempeñó, precisamente, un papel funesto en el desarrollo de la revolución española. No ha conseguido convertirse en un partido de masas, porque para conseguirlo hubiese tenido que destruir antes a los otros partidos, y esto sólo era posible mediante una lucha sin compromisos, una denuncia implacable de su carácter burgués. Ahora bien, el POUM, aunque criticaba a los antiguos partidos, se subordinaba a ellos en todas las cuestiones fundamentales. Participó en el bloque electoral "popular"; entró en el gobierno que acabó con los comités obreros; luchó por reconstruir esta coalición gubernamental; capituló en todo momento ante la dirección anarquista; en función de todo lo precedente llevó en los sindicatos una política errónea; tomó una actitud dubitativa y no revolucionaria con respecto a la insurrección de mayo de 1937. Bajo el ángulo de un determinismo general se puede admitir, por supuesto, que su política no era casual. En este mundo, todo tiene una causa. A pesar de todo, la serie de causas que han conferido al POUM su carácter centrista no constituye en absoluto un simple reflejo del estado del proletariado catalán o español. Dos series de causas han avanzado juntas bajo un cierto ángulo, y, en un determinado momento, han entrado en conflicto. Teniendo en cuenta su experiencia internacional anterior, la influencia de Moscú, la de un cierto número de derrotas, etc., es posible explicar, política y psicológicamente, por qué el POUM ha sido un partido centrista.Pero esto no modifica en nada su carácter centrista. Ni el hecho de que un partido centrista desempeñe, inevitablemente, el papel de freno de la revolución, que debe, en todo momento, romperse el cráneo, y que puede conducir la revolución a su derrota. Esto no cambia en nada el hecho de que las masas catalanas eran mucho más revolucionarias que el POUM, que a su vez era mucho más revolucionario que su dirección. En estas condiciones hacer recaer el peso de la responsabilidad de la política errónea seguida sobre la "irresponsabilidad" de las masas, es meterse en la más pura charlatanería: un camino al que frecuentemente recurren los fracasados de la política.

La responsabilidad de la dirección

La falsificación histórica consiste en hacer recaer la responsabilidad de la derrota española sobre las masas obreras y no sobre los partidos que han paralizado, o pura y simplemente aplastado, el movimiento revolucionario de las masas. Los abogados del POUM responden sencillamente que los dirigentes siempre tienen alguna responsabilidad, con el fin de evitar así tener que asumir sus propias responsabilidades. Esta filosofía de la impotencia, que intenta que las derrotas sean aceptables como los necesarios eslabones de la cadena en los desarrollos cósmicos, es incapaz de plantearse, y se niega a plantearse, la cuestión del papel desempeñado por factores tan concretos como son los programas, los partidos, las personalidades que fueron los responsables de la derrota. Esta filosofía del fatalismo y de la postración es diametralmente opuesta al marxismo, teoría de la acción revolucionaria.La guerra civil es un proceso en el que las tareas políticas se cumplen con medios militares. Si el resultado de una guerra semejante, viniese determinado por el "estado de las fuerzas de clase", la propia guerra sería innecesaria. La guerra tiene su propia organización, sus propios métodos, su propia dirección, que determinan directamente su resultado. Naturalmente el "estado de las fuerzas de clase" sirve de fundamento a todos los demás factores políticos, pero, de la misma forma que los cimientos de un inmueble no disminuyen la importancia que puedan tener los muros, las ventanas, las puertas, los tejados, el "estado de las fuerzas de clase" no disminuye en nada la importancia de los partidos, de su estrategia y de su dirección. Disolviendo lo concreto en lo abstracto, nuestros sabios en realidad se han parado a medio camino. La respuesta más "profunda" al problema planteado hubiese sido el declarar que la derrota del proletariado español se había debido al insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas. Pero una explicación semejante está al alcance de cualquier imbécil.Al reducir a cero el significado del partido y de la dirección, estos sabios niegan la posibilidad de una victoria revolucionaria en general. Ya que no hay ninguna razón para pensar que se puedan dar condiciones más favorables. El capitalismo ha dejado de progresar, el proletariado no aumenta en número, al contrario, lo que aumenta es el número de parados, lo que no estimula sino reduce la potencia combativa del proletariado, y produce, igualmente, en su conciencia, un efecto negativo. De la misma forma, no existe ninguna razón para creer que el campesinado sea capaz, en un régimen capitalista, de alcanzar una conciencia revolucionaria más elevada. La conclusión del análisis de nuestro autor es pues el más total pesimismo, el abandono progresivo de las perspectivas revolucionarias. Pero, para hacer justicia, hay que añadir que nuestros sabios no comprenden ni ellos mismos lo que dicen.De hecho, lo que reclama de la conciencia de las masas es absolutamente fantástico. Los obreros españoles, al igual que los campesinos españoles, han dado el máximo de lo que las clases son capaces de dar en una situación revolucionaria: y lo que tenemos en mente es justamente una clase compuesta de millones y decenas de millones de individuos como ésos.Pero Que faire? no representa más que una de esas pequeñas escuelas, iglesias o capillas que se asustan del curso de la lucha de clases y del asalto de la reacción, y publican sus periodiquillos y sus revistas teóricas en su rincón, en caminos apartados, lejos del desarrollo del pensamiento revolucionario, por no hablar del movimiento de masas.

La represión de la revolución española

El proletariado español ha sido víctima de una coalición formada por imperialistas, republicanos españoles, socialistas, anarquistas, estalinistas y en el ala izquierda por el POUM. Todos juntos han paralizado la revolución socialista que el proletariado español había efectivamente comenzado a realizar. No es fácil acabar con la revolución socialista. Todavía nadie ha encontrado otros métodos para ello que no sea la represión feroz, la matanza de la vanguardia, la ejecución de los dirigentes, etc. El POUM, por supuesto, no quería esto. Quería, por una parte, participar en el gobierno republicano e integrarse como oposición pacífica y leal en el bloque general de los partidos dirigentes, y, por otra parte, mantener con ellos apacibles relaciones de camaradería en una época de encarnizada guerra civil. Justamente por ello, ha sido víctima de las contradicciones de su propia política. En el interior del bloque republicano han sido los estalinistas los que han llevado la política más coherente. Han sido la vanguardia combatiente de la contrarrevolución burguesa-republicana. Querían eliminar la necesidad del fascismo, demostrando a la burguesía española y mundial que ellos mismos eran capaces de estrangular la revolución española bajo la bandera de la "democracia". Ésta era la esencia de su política. Los liquidadores del Frente Popular intentan hoy hacer recaer las injurias sobre la GPU No creo que se nos pueda acusar de indulgentes con los crímenes de la GPU Pero vemos claramente, y se lo decimos a los trabajadores, que la GPU, en este caso, solo ha actuado como el destacamento más resuelto al servicio del Frente Popular. Ahí residía la fuerza de la GPU. En eso consistía el papel histórico de Stalin. Sólo un filisteo ignorante puede apartar esta realidad con bromitas estúpidas sobre el "jefe de los demonios".Estos señores ni tan siquiera se plantean la cuestión del carácter social de la revolución. Los lacayos de Moscú, al servicio de Inglaterra y de Francia, han proclamado que la revolución española era una revolución burguesa. Sólo este fraude ha levantado la pérfida política del Frente Popular, política que además hubiese sido completamente falsa, aunque la revolución española hubiese sido realmente una revolución burguesa. Pero desde el principio, la revolución ha manifestado, con mucha mayor nitidez que en la revolución de 1917 en Rusia, su carácter proletario. En la dirección del POUM hay gente hoy que considera que la política de Andrés Nin fue demasiado "izquierdista", que la línea realmente correcta hubiese sido mantenerse como ala izquierda del Frente Popular. Víctor Serge, que se ha apresurado a comprometerse, dada su actitud frívola en todas las cuestiones serias, escribió que Nin no quería someterse a las órdenes procedentes de Oslo o de Coyoacán. ¿Puede verdaderamente un hombre serio reducir la cuestión del contenido de clase de la revolución a comadreos tan mezquinos? Los sabios de Que faire? no tienen ningún tipo de respuesta a esta cuestión. No comprenden ni tan siquiera el significado de la cuestión en sí misma. ¿Cuál puede ser en verdad, el significado del hecho de que el proletariado al que le "faltaba madurez" haya creado sus propios órganos de poder, haya intentado regular la producción tras la toma de las empresas, mientras que el POUM empleaba todas sus fuerzas en no romper con los anarquistas burgueses que, aliados con los republicanos burgueses y con los no menos burgueses socialistas y estalinistas, atacaban y estrangulaban la revolución proletaria? Evidentemente, semejantes bagatelas sólo tienen interés para los representantes de una "ortodoxia petrificada". Los sabios de Que faire? poseen, en su lugar, un instrumento especial que les permite medir la madurez del proletariado y la relación de fuerzas, independientemente de todas las cuestiones de estrategia revolucionaria de clase..."

LeónTrotsky

¿QUÉ ES EL P.O.R. BOLIVIANO?

¿QUÉ ES EL P.O.R. BOLIVIANO?

ESTE MES SE CUMPLE EL ANIVERSARIO 71 DE LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO DE BOLIVIA. SU NACIMIENTO MARCA EL PUNTO MÁS ALTO DE DESARROLLO POLÍTICO DE LA CLASE OBRERA A ESCALA MUNDIAL, DESPUÉS DE LA DESTRUCCIÓN -A MANOS DEL STALINISMO- DEL PARTIDO BOLCHEVIQUE DE LENIN Y TROTSKY.

SU GRAN APORTE A LA TEORÍA Y PRÁCTICAS REVOLUCIONARIAS DEBE SER OBLIGADAMENTE ESTUDIADAS ASIMILADAS POR LOS REVOLUCIONARIOS DE TODO EL MUNDO. LA CONTINUIDAD DEL MARX-LENINISMO TROTSKISTA, LUEGO DE LA DESTRUCCIÓN PROGRAMÁTICA Y ORGANIZATIVA DE LA IV INTERNACIONAL A MANOS DEL PABLISMO, SE ENCUENTRA EN ESTE PARTIDO, QUE MÁS ALLÁ DE SUS LIMITACIONES Y ERRORES (PROCLAMADOS POR EL PROPIO P.O.R.), ES EL PARTIDO REVOLUCIONARIO DE BOLIVIA.

DESDE 1992 HASTA LA FECHA, EL P.O.R. BOLIVIANO JUNTO A GRUPOS EN BRASIL, ARGENTINA Y CHILE, HAN DESPLEGADO SUS ESFUERZOS POR RECONSTRUIR LA IV INTERNACIONAL, DANDO CUERPO AL COMITÉ DE ENLACE POR LA RECONSTRUCCIÓN DE LA IV (CERCI), REFERENTE QUE ESTIMAMOS EL EMBRIÓN DEL PARTIDO MUNDIAL DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA.

LA CONSTRUCCIÓN DE ESTE PARTIDO MUNDIAL, EN CUYA FORMACIÓN HAN ENTREGADO SU VIDA LO MEJOR DE LA VANGUARDIA REVOLUCIONARIA DEL PROLETARIADO, CONSTITUYE LA EXPRESIÓN MÁS CONCRETA DEL INTERNACIONALISMO. LA ESTRUCTURACIÓN DE ESTE PARTIDO MUNDIAL COMO PROGRAMA DE TRANSICIÓN, RIGE EL DESARROLLO DE NUESTRO ACCIONAR MILITANTE EN EL QUE SEPARAMOS AGUAS CON REFORMISTAS Y RENEGADOS QUE HAN HECHO ABANDONO DE ESTA TAREA, A PRETEXTO DE "ACTUALIZAR" EL PROGRAMA TROTSKISTA, "REFUNADARLO" O DILUÍR ESTA TAREA EN ABSTARCCIONES SOCIOLÓGICAS COMO LA LLAMADA "CRISIS DE SUBJETIVIDAD".

SOSTENEMOS QUE LA CRISIS DE LA HUMANIDAD Y SU BARBARIZACIÓN, SE ORIGINA EN LA AUSENCIA DE UNA AUTÉNTICA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA. SUPERAR ESTE ESTADO, TRANSFORMAR A LA CLASE OBRERA EN UNA CLASE EN SÍ, PRINCIPIA EN LA ESTRUCTURACIÓN DE LA IV INTERNACIONAL HOY. ESTA CUESTIÓN SE FUNDE -EN NUESTRO PAÍS- CON LA CONSTRUCCIÓN DE LA SECCIÓN CHILENA DE LA IV INTERNACIONAL, ORGANIZATIVA Y PROGRAMÁTICAMENTE.

DESAFIAMOS A NUESTROS CRÍTICOS, QUE OSADAMENTE SE AUTODENOMINAN TROTSKISTAS, A DEBATIR LA EXPERIENCIA REAL DEL P.O.R. BOLIVIANO. SOBRE LA BASE DE LA OBRA MONUMENTAL DE ESTE PARTIDO, QUE PRINCIPA EN LA TESIS DE PULACAYO Y ALCANZA NUESTROS DÍAS CON LOS MÁS DE 60 TOMOS DE LAS OBRAS COMPLETAS DEL COMPAÑERO GUILLERMO LORA. NO HACE FALTA RECURRIR A LAS CALUMNIAS DE LOS FALSIFICADORES, DE MORENO, ALTAMIRA Y SUS DESCENDIENTES.

LA AUTOCRÍTICA MARXISTA, AUTÉNTICAMENTE TROTSKISTA, PROVIENE DEL PROPIO PARTIDO Y PROGRAMA PROLETARIO QUE BATALLAMOS POR ESTRUCTURAR.

EN NUESTROS DÍAS, EL DESENLACE ABIERTO DE LA LUCHA SECUNDARIA, PUSO DE MANIFIESTO QUE NO ALCANZA CON UNA DIRECCIÓN "ASAMBLEARIA" COMO LA DE LA ACES, COMO PLANTEAN LOS ANARQUISTAS. ES IMPRESCINDIBLE, PARA EL DESARROLLO DEL MOVIMIENTO SECUNADRIO, COMO DEL MOVIMIENTO DE MASAS Y EXPLOTADOS EN GENERAL, LA ESTRUCTURACIÓN DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO. ES LO QUE FALTÓ EN ESTE CONFLICTO Y EN ELLO DEBEMOS TRABAJAR, CON LA CLARA PERSPECTIVA QUE EN ESTA ÉPOCA DE DECADENCIA IMPERIALISTA DEL RÉGIMEN BURGUÉS, LA MÁS MÍNIMA REIVINDICACIÓN DE LAS MASAS PONE EN CUESTIÓN LA PROPIEDAD PRIVADA DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y SÓLO PUEDE DESENVOLVERSE EN LA PERSPECTIVA DE LA REVOLUCIÓN Y DICTADURA PROLETARIAS.

REPRODUCIMOS A CONTINUACIÓN UN ARTÍCULO DEL "MASAS" Nº1996, DEL 9 DE JUNIO DE 2006 QUE RESEÑA LA TRAYECTORIA DEL P.O.R. BOLIVIANO:

En junio de 1935, un grupo de exiliados en Chile a la cabeza de José Aguirre Gainsborg y el grupo Tupac Amaru dirigido por Tristán Marof, fundan el Partido Obrero Revolucionario en el Córdoba – Argentina.

José Aguirre G. había militado ya en Bolivia en el partido comunista clandestino impulsado por la Tercera Internacional antes del estallido de la Guerra del Chaco. Ya en el exilio en Chile se incorpora la Partido Comunista chileno y llega a ser parte de la dirección del mismo. Aguirre se alinea con la Oposición de Izquierda (troskysmo) y es expulsado por ello del PC CH. El marofismo (grupo Tupac Amaru) fue incluido sin la necesaria discusión sobre el problema internacional. Pronto se hicieron patentes las discrepancias con Marof, que era un caudillo ambicioso y sin principios. Aguirre G. buscaba la estructuración de un partido obrero de corte leninista, con programa proletario y estructura bolchevique. En 1938 se produce la escisión con Marof.

Al POR, nacido en el exilio, le costó penetrar y entroncar en las masas bolivianas. La muerte de Aguirre fue un duro golpe para el joven partido. Recién en los años 40 se puede decir que el POR debuta en la política boliviana. Los jóvenes militantes del POR habían sido empujados por la represión a refugiarse en las minas. Allí convivieron con los trabajadores del subsuelo y esa experiencia les permitió asimilar el marxismo como expresión consciente, viva, de lo que es instinto en el trabajador proletario.

Durante el sexenio, el pirismo en contubernio con la rosca reprimió y a los trabajadores, el MNR se había desbandado después del colgamiento de Villarroel, es en ese escenario que el POR pudo penetrar en el movimiento obrero cuando los explotados, particularmente los mineros, comenzaban a sacar conclusiones de su experiencia negativa en el seno del gobierno nacionalista. En el Congreso minero de Pulacayo (1946) se adopta el documento trotskysta que plantea la independencia política frente a la burguesía, la necesidad de la lucha por el gobierno obrero-campesino, la dictadura proletaria por medio de la acción directa de masas a partir de un programa de reivindicaciones transitorias en la lucha contra el super-estado minero. La Tesis de Pulacayo se convirtió en la referencia de la lucha de las masas bolivianas bajo la batuta del proletariado minero.

Proceso que concluyó en la revolución de abril de 1952. En ese periodo, el MNR adoptó las consignas de Pulacayo y logró confundir a las masas que no llegaban a distinguir entre el MNR y el POR. En abril de 1952, un intento de golpe de estado gestado por el MNR, fue el detonante para el estallido de la revolución en la que las masas arrasaron con el Estado feudal-burgués de la rosca e impusieron, muy a pesar del gobierno del MNR, la nacionalización de las minas y la reforma agraria. El gobierno del MNR, de contenido burgués, se dio modos para desvirtuar estas conquistas de las masas.

Indemnizó a los barones del estaño, desvirtuó el control obrero colectivo, parceló las haciendas tomadas por los campesinos instaurando el minifundio como un medio de constituir a los campesinos pequeños propietarios en un dique de contención a las presiones socializantes de los obreros, burocratizó la COB que había nacido como un verdadero órgano de poder de las masas (soviet), concretización del frente revolucionario antiimperialista que congregaba en su seno al conjunto de la nación oprimida bajo la dirección de los obreros y que controlaba bajo su mando a las milicias surgidas de la revolución de abril.

El MNR que apareció disfrazado con las consignas de Pulacayo, para controlar el avance de las masas y salvar el orden burgués, no tuvo más remedio que buscar el apoyo del imperialismo y abandonar su inicial discurso antiimperialista.

Correspondió al POR señalar con firmeza a los explotados que el nacionalismo estaba condenado a capitular frente al imperialismo y a traicionar la revolución de abril. La experiencia posterior dio la razón plenamente al POR y de este modo los explotados bolivianos y particularmente el proletariado minero pudieron madurar políticamente para superar el nacionalismo y encaminarse nuevamente hacia la consecución de su propio programa diferenciándose del nacionalismo. Ese proceso culminó en la Asamblea Popular de 1970 que planteó la lucha por la instauración del gobierno obrero-campesino, la dictadura del proletariado, la instauración de la propiedad social de los medios de producción (socialismo). El POR dirigió políticamente ese proceso. El golpe de Bánzer impulsado por el imperialismo norteamericano, cortó el desarrollo de la Asamblea Popular.

La “izquierda” en masa abandonó la estrategia proletaria; arrepentidos de haberse involucrado con la estrategia del POR en la Asamblea Popular se adhirieron al democratismo burgués. Correspondió nuevamente el POR vaticinar el fracaso de la democracia burguesa y reafirmar la revolución proletaria como el camino de los explotados para superar el atraso del país y liberarlo de la opresión imperialista. La democracia burguesa se ha hundido; el gobierno del MAS es un accidente en la lucha de los explotados bolivianos por constituir su propio gobierno: el gobierno obrero-campesino. Los explotados comienzan a comprobar en la práctica el carácter pro-burgués del gobierno “campesino” dirigido por Evo Morales.

Sólo el POR se mantiene firme como la expresión consciente de la necesidad de la revolución proletaria en la época actual de dominio imperialista, expresión de la crisis capitalista que arrastra a la humanidad a la barbarie.

EL P.O.R. ARGENTINO Y LA NACIONALIZACIÓN DEL GAS EN BOLIVIA

CONFISCACIÓN (SIN PAGO) DE TODOS LOS RECURSOSENERGÉTICOS E INSTALACIONES.EXPROPIACIÓN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓNY REPARTO DE LA TIERRA ENTRE LOS CAMPESINOS,ORGANIZADOS EN GRANJAS COLECTIVAS MODERNAS Y MECANIZADAS.LIBRE CULTIVO, INDUSTRIALIZACIÓN Y COMERCIALIZACIÓNDE LA HOJA DE COCA. En Bolivia no hay ninguna nacionalización de los hidrocarburos, porque no se confisca ni se expropia nada y las transnacionales seguirán siendo dueñas de la producción y socias del Estado al que deberán pagar ahora; a lo sumo, mayores impuestos.La estructura económica de Bolivia está sometida a los intereses del imperialismo y el gobierno del MAS igual que los anteriores, respeta en todo y da garantías a las transnacionales para que sigan saqueando nuestros recursos. El gobierno fue bien claro en que esta “nacionalización” no sería confiscatoria, además de que rige sólo para 3 de las 21 empresas petroleras que operan en el país; las que juntas no llegan a controlar el 10% de las reservas de gas y de petróleo.Al resto de las empresas no se les toca en nada y se quedarán hasta acabar con la última molécula de gas y al final se habrán llevado 50 mil millones de dólares, dejándole a Bolivia el atraso más grande y los pozos secos.Esto es la “nacionalización” de Evo el traidor al pueblo boliviano y a nuestros mártires. El gobierno del MAS sostiene el absurdo de que es posible el desarrollo del país dentro del marco capitalista (capitalismo andino) con la ayuda de la burguesía vendida y las transnacionales y quiere además hacernos creer a los bolivianos, que ahora somos los dueños reales de todos los hidrocarburos.Esta “nacionalización” no modificará en nada la situación de los bolivianos que así, no tendremos más remedio que seguir cocinando a leña y con bosta para que las transnacionales no se vayan del país y para que según el propio Evo Morales, puedan obtener su “respectiva ganancia”.Varios Partidos y corrientes políticas aplauden esta medida y apuestan a la “constituyente” que vendrá a legalizar obviamente toda esta tramoya. Pero lo hacen ubicados en la vereda opuesta a los intereses de la clase obrera y los explotados bolivianos. Para los revolucionarios en cambio; la pelea sigue y corresponde retomar la lucha por la confiscación (sin pago) de todos nuestros recursos, expulsión de las transnacionales y socialización de los medios de producción, para que podamos decir con toda propiedad, que por fin, Bolivia nos pertenece. PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO     E mail: por_masas@hotmail.com                    de Argentina en el CERCI

BOLIVIA: CONTUNDENTE TRIUNFO DE URMA (trotskysmo) FRENTE AL M.A.S. (gobierno)

BOLIVIA: CONTUNDENTE TRIUNFO DE URMA (trotskysmo) FRENTE AL M.A.S. (gobierno)

El gobierno del MAS tiene como uno de sus principales objetivos el de copar todas las organizaciones sindicales a fin de controlarlas y subordinarlas a su política. Se trata de anular toda forma de protesta social de los explotados.

Considera que los explotados tienen la obligación de apoyar y tolerar la política reformista pro-burguesa del gobierno a título de que es un “gobierno del pueblo” aunque se arrastre vergonzosamente ante el poder de las transnacionales y de la oligarquía nativa y que, como todo gobierno burgués, responda negativamente a las demandas de los explotados con el manido argumento de que el Estado no está en posibilidad de atenderlas.

Para el gobierno, la oposición trotskysta le es intolerable y la considera como la más peligrosa porque desnuda el carácter pro-burgués (defensa de la gran propiedad privada burguesa, nativa e imperialista) del gobierno “campesino” del MAS. Por ello era imperioso tratar de desplazar al trotskysmo de la dirección sindical del magisterio paceño. Desde el autodenominado “Comando Político del Pueblo” -que nació proclamándose como auxiliar de la policía y el ejercito para reprimir las protestas sociales, en defensa del gobierno- éste planificó la participación del MAS en las elecciones del magisterio paceño recurriendo a todo el poder que le da ser gobierno para tratar de tomar la dirección de los maestros urbanos de La Paz.

Pese a toda la sucia campaña orquestada por los masistas y sus acólitos estalinistas del FUM-RA para tratar de desacreditar a URMA, los maestros paceños, una vez más, ratificaron su confianza en el frente URMA, en el trotskysmo.

Se trata de un triunfo contundente de la corriente revolucionaria frente al reformismo pro-burgués del MAS, en circunstancias en que el gobierno dice encontrarse en la cúspide de su popularidad.
El hecho de que los maestros paceños hayan concurrido masivamente a las urnas para impedir la estatización de su sindicato, en defensa de su independencia sindical y política frente al gobierno, es un claro indicio de que importantes sectores de los explotados ya perciben el fraude que es el gobierno del MAS y ya no se dejan embaucar con falsas “nacionalizaciones”, ni falsas “revoluciones agrarias” ni demás imposturas montadas por el gobierno para hacer pasar gato por liebre.

Los masistas furiosos por su derrota no asistieron a la posesión de la nueva directiva mayoritariamente urmista. Hubieron rumores de que impedirían el acto. Finalmente no ocurrió nada de ello. Simplemente no asistieron.

Desde la dirección del magisterio paceño, los revolucionarios continuaremos en nuestra lucha por la transformación revolucionaria de este país, es decir, la lucha por la instauración del gobierno obrero-campesino que será dictadura proletaria contra los explotadores de hoy: los gamonales, los burgueses, el imperialismo que nos expolia y somete.

¿Qué es URMA?:La Unión Revolucionaria de Maestros (URMA) surgió en abril de 1979, hace 26 años, como un frente de educadores trotskystas, esencialmente programático, a diferencia de una infinidad de frentes sindicales que aparecen como hongos para las elecciones y se extinguen cuando éstas pasan. Su manifiesto inaugural señala: “Por la total ausencia de una real dirección en el magisterio…; por la capitulación de los frentes llamados de “izquierda” ante la derecha… y por la progresiva burocratización de nuestras organizaciones sindicales surge URMA para señalar un claro sendero de lucha”. Declara que sus fundamentos programáticos son la Tesis Política de la CON (1970) y las Bases Constitutivas de la Asamblea Popular (1971).