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CONTRA LA CORRIENTE

POR UN ONCE DE LUCHA OBRERA

POR UN ONCE DE LUCHA OBRERA  Este 11 de septiembre, uno más desde 1973, encuentra a las masas protagonizando un sostenido ascenso en sus luchas. La gran huelga minera de “La Escondida”, el retorno de la lucha de los secundarios, la movilización de CONFENATS y la lucha mapuche, son sólo los puntos más altos de una tendencia generalizada de los explotados de pasar a la acción directa para enfrentar a la patronal y a su gobierno pro-imperialista, el de Bachelet.

   

       Estas luchas constituyen por sí mismas, la abierta confirmación de que el espíritu de lucha de las masas se recompone y se abre espacio de una forma explosiva. Cada vez que emerge un conflicto, los trabajadores tienden a pasar por encima de la burocracia sindical, de los “dirigentes” y se expresan con movilizaciones. Uno de los rasgos que da mayor poder a la movilización de los secundarios es, precisamente, el generalizado carácter asambleario de su movimiento, cuestión que ha impedido que algunos de sus dirigentes gobiernistas o abiertamente de derecha, puedan traicionar la lucha llegando a acuerdo de espaldas a las bases.

            En la huelga de “La Escondida”, protagonizada por casi dos mil mineros, fueron las mismas bases las que lograron imponerse por encima de las maniobras de la burocracia y la patronal. La clase obrera enunció, en líneas generales, lo que ha de ser su conducta a futuro y al pasar a la acción, logró quebrar a una de las principales multinacionales anotándose un triunfo, aun cuando sus logros están lejos de las aspiraciones que los llevaron a la huelga.

            Los explotados salen al combate, es un hecho, sin embargo buena parte de la militancia de izquierda no logra soldarse con este movimiento, cuestión que incide en la limitación de las proyecciones de este ascenso, que sólo podrá consolidarse como ascenso revolucionario en la medida que se logre estructurar la dirección de las masas en lucha, el partido obrero revolucionario.

            Por el contrario, los militantes de izquierda y honestos luchadores que se reclaman de la revolución proletaria y el socialismo, no encuentran en sus organizaciones tradicionales respuesta a sus problemas. Es así como a 33 años del golpe fascista del 73, la izquierda estalinista (PC) y la socialdemocracia (PS) siguen en la misma arena democratizante y electorera que llevara al despeñadero a la revolución y toda una generación de luchadores.

            Más de 10.000 ejecutados políticos parecieran no ser suficientes para los reformistas.

Hoy día el PC sigue empeñado en poner al centro los problemas electorales, que son los problemas de su propio aparato burocrático. Llevar parlamentarios del PC, tendrá el mismo efecto que han tenido los alcaldes y concejales de este mismo partido: nada. De nada han servido estos triunfos electorales, en tanto no han dado cuenta de un fortalecimiento de la disposición a la lucha de las masas, de su capacidad de imponer sus reivindicaciones y de superar sus ilusiones en la democracia.

                La primera lección que nos deja el Golpe fascista es que la llamada “Vía Chilena” o “pacífica” al socialismo no existe, o es sólo un espejismo demagógico. La burguesía no abandonará pacíficamente el poder por el simple efecto de la acumulación de votos de los reformistas. La segunda, es que el capitalismo en nuestro país – y en todo el mundo- sólo nos puede ofrecer miseria, cesantía y represión siguientes, que por lo mismo la única forma de dar solución a la crisis a que ha sido arrastrada nuestra sociedad por parte de los explotadores, es a través de la Revolución y Dictadura Proletarias.

           Proclamamos abiertamente estos objetivos hoy 11 de septiembre, para sumarnos al torrente de luchas que comienza a inundar el país. Es este el terreno, y no el electoral, en que la izquierda podrá superar sus limitaciones y estructurarse como partido revolucionario.

           Consumar esta tarea, primer homenaje a los caídos bajo la bota fascista, supone poner en pie el partido obrero revolucionario, como organización de combate, como sección chilena de la IV Internacional.  

VIVA LA CLASE OBRERA MUNDIAL

 VIVAN LA REVOLUCIÓN Y DICTADURA PROLETARIAS  

Grupo Obrero Revolucionario- Contra la Corriente

 

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