5 RAZONES PARA COMBATIRPARA COMBATIR A LOS FRENTES DE IZQUIERDA ELECTOREROS Y DEMOCRATIZANTES: POR UNA SALIDA REVOLUCIONARIA A LA CRISIS DEL MOVIMIENTO OBRERO, POR UN FRENTE ÚNICO ANTIIMPERIALISTA
Normalmente en los foros, actos y en la propia prensa de la “Izquierda”, podemos ver como todo el mundo rasga vestiduras en aras de la “unidad” y la “recomposición” del sector. Parte de nuestro diálogo con la vanguardia consiste en encarar resueltamente esta cuestión, sin centrismos, yendo al fondo de los problemas. Creemos que el raquitismo político y la miseria teórica de la Izquierda llamada “extraparlamentaria”, puede sintetizarse en los siguientes aspectos:
1.- El Frentepopulismo: el conjunto de la llamada izquierda ya sea la electorera agrupada en torno al MIDA o al PT o incluso la guerrillerista del tipo Lautaro, comparten un patrimonio común: reivindicarse y defender a Allende y al Gobierno de la Unidad Popular. Dicho de otra forma, se niegan a reconocer el hecho de que la UP era un frente de colaboración con la burguesía y con el imperialismo y que fue eeso lo que condujo al proletariado a la derrota histórica del `73. Se niegan a hacer este balance ya que ello importaría reconocer que actualmente siguen en lo mismo: envenenando la conciencia de los obreros con su electoralismo y planteando no la destrucción, sino que la reforma, la “humanización” del capitalismo.
2.- La contradicción entre Dictadura Militar o Democracia: su cretinismo parlamentario los hace definirse como “democráticos”, por esta razón no pierden oportunidad de salir a defender este gobierno, ya que insuficiente “es mejor que la Dictadura”. Ellos abandonan con esto un principio que ha inspirado al marxismo revolucionario desde sus orígenes , así lo entendió nuestro Luis Emilio Recabarren , que la más liberal de las democracias burguesas siempre será lo mismo para los obreros : un instrumento más de la burguesía para someter el orden capitalista que se basa en la gran propiedad privada y en la creciente explotación de los trabajadores. En otras palabras, la más liberal de las democracias burguesas siempre será una dictadura para la clase obrera. En situaciones de crisis y de división en la burguesía los revolucionarios debemos levantar el Programa Revolucionario de la clase obrera, sólo así explotamos las divisiones en la clase enemiga; nada esto lo entienden los democratizantes los que ante estas situaciones salen corriendo tras el sector “democrático” de la burguesía con lo que cierran el camino a la Revolución y apuntalan de paso el orden capitalista.
3.- EL reformismo y el electoralismo: para ellos la revolución es una palabra dominguera para sacarla a pasear cuando el calendario de las elecciones así lo exija, aunque con los aires renovados ni siquiera eso. La acción directa de las masas y la autodeterminación de las basess no tienen cabida en las políticas de esta izquierda amansada durante largos años por la patronal. Todos los problemas y las reivindicaciones de la clase obrera tienen un espacio dentro de la legalidad burguesa, lo que no se arregla con impuestos o reformas constitucionales, se soluciona con el santo y bendito sufragio universal. Como lo señalara el mismísimo Cura Pizarro, frente al reciente “boinazo” de los milicos, la respuesta del MIDA no fue salir a impulsar la movilización para echar abajo los planes de impunidad Aylwin-Pinochet; muy por el contrario salieron a defender “su” gobierno democrático y le rogaron de rodillas a la propia burguesía para que haga un “plebiscito” para sacar a Pinochet. Son electoreros porque sólo les interesan los votos para hacerse de un espacio dentro de la institucionalidad burguesa, no les interesa la unidad del proletariado sino que los amontonamientos electorales y los cuoteos.
4.- Los Gobiernos Obrero-Populares, de la Izquierda, simplemente Democráticos o de Transición: esta Izquierda confiesa su carácter pro-burgués al momento de exhibir su consigna de Gobierno. En sus Programas, desde los años 30 podemos ver sus distintas variantes, primero fueron los Frentes Populares que rubricaron el largo romance del stalinismo con los latifundistas del Partido Radical; luego fue el Gobierno Popular que encabezó Allende, la UP; finalmente el Gobierno Democrático Provisional que reivindicó el Movimiento Democrático Popular (MDP). Estas fórmulas de Gobierno tienen un elemento en común: son todos gobiernos burgueses que por lo mismo garantizan la estabilidad de sus instituciones y de la propiedad privada de los medios de producción. Se trata de variantes “de Izquierda” de la Dictadura que la burguesía ejerce sobre el proletariado.
A estas políticas oportunistas y capituladoras los revolucionarios le oponemos el Gobierno de la clase Obrera y de las masas explotadas y oprimidas: la DICTADURA DEL PROLETARIADO, dictadura para los explotadores y el Imperialismo. Este Gobierno no se elige con votos ni sometiéndose a la legalidad burguesa, este Gobierno es fruto de la acción directa de las masas, de la acción resuelta de su partido revolucionario y de la Internacional, de la violencia revolucionaria para destruir el Estado Burgués –muy especialmente su aparato militar- ; la Dictadura del Proletariado es un instrumento fundamental para expropiar a la burguesía, combatir el Imperialismo e impulasr la Revolución Socialista Mundial. Por estas razones los electoreros prefieren agachar la cabeza y seguir hablando de sus gobiernos “populares y democráticos”.
5.- Una crítica mojigata al “Modelo Económico Neoliberal”: los democratizantes, como buenos reformistas, en ningún momento se les ocurriría cuestionar la dominación que ejerce la burguesía, ya que ellos se conforman con reformarla, en definitiva con mejorarla. Por esta razón a la hora de hacer críticas para ganar votos van contra el “Neoliberalismo” y a él le atribuyen todos los males, no cuestionan la explotación capitalista sino que una de sus formas cual es la vigente hoy. Por lo mismo su Programa no plantea la expropiación de la burguesía, la planificación de la aproducción, el control obrero ni el monopolio del Comercio Exterior. Sin embargo, su crítica al Modelo Económico vigente tiene patas cortas, no llegan muy lejos ya que en la práctica no cuestionan ni las privatizaciones ni el vuelco de producción a la exportación, en desmedro del mercado interno. Aclaremos esto con algunos ejemplos: frente a la privatización de los servicios públicos como la luz, agua y teléfonos ellos no plantean la expropiación de estas empresas nacionalizándose bajo control obrero, se limitan a “exigir que se termine con el cargo fijo”; ante la estructura exportadora de materias primas de nuestra economía, en lugar de reivindicar la conformación de un mercado interno (se produce para satisfacer en primer lugar las necesidades del país) y la industrialización del país, los democratizantes sólo piden una posición más agresiva en el mercado internacional para frenar el deterioro de los precios de nuestras exportaciones, agregándoles algún valor.
Estas son, esquemáticamente, las razones por las cuales la crisis de la Izquierda –que no es otra cosa que la quiebra del stalinismo- se profundiza día a día. Por su resistencia histórica a asumir como propios los intereses del proletariado y su incapacidad de formular el Programa Revolucionario de la Clase Obrera.
Sobre estas bases el Comité Constructor del POR llama a la conformación de un Frente Único Antiimperialista, que en lo inmediato se dirija a combatir el Circo Electoral y la Represión.
Para nosotros el Frente Único Antiimperialista y la posibilidad de realización del mismo sólo puede consumarsde a través de la lucha, movilización y acción directa de las masas, así lo oponemos a un frente de componendas entre los raquíticos aparatos de la Izquierda. En base a este frente la clase obrera puede forjar la unidad de los explotados, como nación oprimida , contra el imperialismo y la burguesía nativa, a fin de desenmascarar los planteamientos stalinistas, socialdemócrtasa, nacionalistas burgueses o pequeñoburgueses.
La posibilidad de la concresión de este Frente –que puede expresarse de las formas más variadas: soviets, asambleas populares, Congreso de Bases, Coordinadoras- está determinado por dos aspectos fundamentales: la existencia del partido obrero revolucionario, insertado profundamente en las masas y en su vanguardia.
1.- El Frentepopulismo: el conjunto de la llamada izquierda ya sea la electorera agrupada en torno al MIDA o al PT o incluso la guerrillerista del tipo Lautaro, comparten un patrimonio común: reivindicarse y defender a Allende y al Gobierno de la Unidad Popular. Dicho de otra forma, se niegan a reconocer el hecho de que la UP era un frente de colaboración con la burguesía y con el imperialismo y que fue eeso lo que condujo al proletariado a la derrota histórica del `73. Se niegan a hacer este balance ya que ello importaría reconocer que actualmente siguen en lo mismo: envenenando la conciencia de los obreros con su electoralismo y planteando no la destrucción, sino que la reforma, la “humanización” del capitalismo.
2.- La contradicción entre Dictadura Militar o Democracia: su cretinismo parlamentario los hace definirse como “democráticos”, por esta razón no pierden oportunidad de salir a defender este gobierno, ya que insuficiente “es mejor que la Dictadura”. Ellos abandonan con esto un principio que ha inspirado al marxismo revolucionario desde sus orígenes , así lo entendió nuestro Luis Emilio Recabarren , que la más liberal de las democracias burguesas siempre será lo mismo para los obreros : un instrumento más de la burguesía para someter el orden capitalista que se basa en la gran propiedad privada y en la creciente explotación de los trabajadores. En otras palabras, la más liberal de las democracias burguesas siempre será una dictadura para la clase obrera. En situaciones de crisis y de división en la burguesía los revolucionarios debemos levantar el Programa Revolucionario de la clase obrera, sólo así explotamos las divisiones en la clase enemiga; nada esto lo entienden los democratizantes los que ante estas situaciones salen corriendo tras el sector “democrático” de la burguesía con lo que cierran el camino a la Revolución y apuntalan de paso el orden capitalista.
3.- EL reformismo y el electoralismo: para ellos la revolución es una palabra dominguera para sacarla a pasear cuando el calendario de las elecciones así lo exija, aunque con los aires renovados ni siquiera eso. La acción directa de las masas y la autodeterminación de las basess no tienen cabida en las políticas de esta izquierda amansada durante largos años por la patronal. Todos los problemas y las reivindicaciones de la clase obrera tienen un espacio dentro de la legalidad burguesa, lo que no se arregla con impuestos o reformas constitucionales, se soluciona con el santo y bendito sufragio universal. Como lo señalara el mismísimo Cura Pizarro, frente al reciente “boinazo” de los milicos, la respuesta del MIDA no fue salir a impulsar la movilización para echar abajo los planes de impunidad Aylwin-Pinochet; muy por el contrario salieron a defender “su” gobierno democrático y le rogaron de rodillas a la propia burguesía para que haga un “plebiscito” para sacar a Pinochet. Son electoreros porque sólo les interesan los votos para hacerse de un espacio dentro de la institucionalidad burguesa, no les interesa la unidad del proletariado sino que los amontonamientos electorales y los cuoteos.
4.- Los Gobiernos Obrero-Populares, de la Izquierda, simplemente Democráticos o de Transición: esta Izquierda confiesa su carácter pro-burgués al momento de exhibir su consigna de Gobierno. En sus Programas, desde los años 30 podemos ver sus distintas variantes, primero fueron los Frentes Populares que rubricaron el largo romance del stalinismo con los latifundistas del Partido Radical; luego fue el Gobierno Popular que encabezó Allende, la UP; finalmente el Gobierno Democrático Provisional que reivindicó el Movimiento Democrático Popular (MDP). Estas fórmulas de Gobierno tienen un elemento en común: son todos gobiernos burgueses que por lo mismo garantizan la estabilidad de sus instituciones y de la propiedad privada de los medios de producción. Se trata de variantes “de Izquierda” de la Dictadura que la burguesía ejerce sobre el proletariado.
A estas políticas oportunistas y capituladoras los revolucionarios le oponemos el Gobierno de la clase Obrera y de las masas explotadas y oprimidas: la DICTADURA DEL PROLETARIADO, dictadura para los explotadores y el Imperialismo. Este Gobierno no se elige con votos ni sometiéndose a la legalidad burguesa, este Gobierno es fruto de la acción directa de las masas, de la acción resuelta de su partido revolucionario y de la Internacional, de la violencia revolucionaria para destruir el Estado Burgués –muy especialmente su aparato militar- ; la Dictadura del Proletariado es un instrumento fundamental para expropiar a la burguesía, combatir el Imperialismo e impulasr la Revolución Socialista Mundial. Por estas razones los electoreros prefieren agachar la cabeza y seguir hablando de sus gobiernos “populares y democráticos”.
5.- Una crítica mojigata al “Modelo Económico Neoliberal”: los democratizantes, como buenos reformistas, en ningún momento se les ocurriría cuestionar la dominación que ejerce la burguesía, ya que ellos se conforman con reformarla, en definitiva con mejorarla. Por esta razón a la hora de hacer críticas para ganar votos van contra el “Neoliberalismo” y a él le atribuyen todos los males, no cuestionan la explotación capitalista sino que una de sus formas cual es la vigente hoy. Por lo mismo su Programa no plantea la expropiación de la burguesía, la planificación de la aproducción, el control obrero ni el monopolio del Comercio Exterior. Sin embargo, su crítica al Modelo Económico vigente tiene patas cortas, no llegan muy lejos ya que en la práctica no cuestionan ni las privatizaciones ni el vuelco de producción a la exportación, en desmedro del mercado interno. Aclaremos esto con algunos ejemplos: frente a la privatización de los servicios públicos como la luz, agua y teléfonos ellos no plantean la expropiación de estas empresas nacionalizándose bajo control obrero, se limitan a “exigir que se termine con el cargo fijo”; ante la estructura exportadora de materias primas de nuestra economía, en lugar de reivindicar la conformación de un mercado interno (se produce para satisfacer en primer lugar las necesidades del país) y la industrialización del país, los democratizantes sólo piden una posición más agresiva en el mercado internacional para frenar el deterioro de los precios de nuestras exportaciones, agregándoles algún valor.
Estas son, esquemáticamente, las razones por las cuales la crisis de la Izquierda –que no es otra cosa que la quiebra del stalinismo- se profundiza día a día. Por su resistencia histórica a asumir como propios los intereses del proletariado y su incapacidad de formular el Programa Revolucionario de la Clase Obrera.
Sobre estas bases el Comité Constructor del POR llama a la conformación de un Frente Único Antiimperialista, que en lo inmediato se dirija a combatir el Circo Electoral y la Represión.
Para nosotros el Frente Único Antiimperialista y la posibilidad de realización del mismo sólo puede consumarsde a través de la lucha, movilización y acción directa de las masas, así lo oponemos a un frente de componendas entre los raquíticos aparatos de la Izquierda. En base a este frente la clase obrera puede forjar la unidad de los explotados, como nación oprimida , contra el imperialismo y la burguesía nativa, a fin de desenmascarar los planteamientos stalinistas, socialdemócrtasa, nacionalistas burgueses o pequeñoburgueses.
La posibilidad de la concresión de este Frente –que puede expresarse de las formas más variadas: soviets, asambleas populares, Congreso de Bases, Coordinadoras- está determinado por dos aspectos fundamentales: la existencia del partido obrero revolucionario, insertado profundamente en las masas y en su vanguardia.
Lucha Obrera Nº5, 6 de Julio de 1993, Valparaíso.
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