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CONTRA LA CORRIENTE

LAS LLAMAS QUE CALCINARON VIVOS A 26 PRESOS EN LA CÁRCEL DE IQUIQUE CONDENAN EL SISTEMA PENAL DEL RÉGIMEN

            Horas antes del pasado 21 de Mayo, mientras las banditas de la armada inundaban las plazas del país, junto a la “rada inmortal” de Prat, 26 presos primerisos del penal iquiqueño morían calcinados en una celda de 20 metros cuadrados. Algunos cuerpos debieron ser despegados del piso, otros murieron abrazados. Siete de ellos requerirán examen de ADN para ser identificados. Una semana después los familiares aún siguen en vigilia frente a la cárcel.
No hubo motín, el incendio se generó en la celda por razones desconocidas, los gendarmes no intentaron apagar el fuego, como tampoco abrir los candados de la celda para evacuar a los prisioneros. Gendarmería llamó a bomberos media hora después de iniciarse el incendio, y éstos,  ni siquiera se acercaron al sector en llamas.
El Gobierno ha señalado que este “lamentable” hecho pone en evidencia el hacinamiento en que se encuentran los reos en las cárceles del país, que ello plantea el “desafío” de construir más y mejores cárceles y algunos han aprovechado de replantear el tema de la privatización del sistema carcelario.
            Este hecho toca uno de los pilares de la política represiva del régimen: la unidad de todos los sectores en torno al combate a la delincuencia. Al principiar el Gobierno de Aylwin, en 1990, y apoyados en la ofensiva represiva que provocó el secuestro del príncipe zángano  Cristián Edwards, el propio Clan Edwards impulsó la creación de la Corporación Paz Ciudadana. Este organismo que reúne a personalidades tanto de la Concertación como de la Derecha, recrea la tesis pinochetista del combate al enemigo interno, sólo que la desdibujada imagen del “comunista antipatriota” es reemplazada por la imagen del delincuente, bajo el estigma del “desviado social”. Como ironizaba un medio hace un tiempo: “se busca hombre menor de 24 años, soltero y cesante... para meterlo en la cárcel porque es un delincuente”.
            El régimen hace gárgaras -con forma de encuestas- sobre los principales preocupaciones de la población. De estas encuestas siempre se desprende el mismo resultado, el principal problema nacional lo constituye la delincuencia, seguido del empleo, la salud, etc.. Vale decir se plantea el “combate a la delincuencia” como una responsabilidad de primer orden del Estado.
            Esta concepción busca moralizar, legitimar, la política represiva del régimen, dándole un carácter de cruzada “nacional”. Los efectos de esta política han dado abundantes resultados, no sólo en el plano político sino inclusive en el económico.
El Plan Cuadrante de Carabineros- versión criolla del Tolerancia Cero, del Alcalde neoyorkino Giuliani-; el florecimiento de “condominios”, de sistemas de alarmas y guardias privados, incluso en poblaciones obreras; el centro de las grandes ciudades y sus mall monitoreadas por más de 70.000 cámaras invisibles conectadas a la policía; las torres de vigilancia en el centro de Santiago, las guardias municipales; son todos elementos que dan cuenta de una creciente fascistización del régimen el que busca base social para su política de represión cuyo presupuesto ha crecido en los últimos diez años en un 230% según datos oficiales.
            El Plan Cuadrante y otras iniciativas similares y complementarias adoptadas por diversos municipios, buscan principalmente compenetrar a la policía con la población, coordinar su accionar represivo con Juntas de Vecinos, Clubes Deportivos y otras organizaciones. Se trata de comprometer a la población en general en tareas represivas.
El efecto social de esta política ha resultado demoledor en las grandes ciudades del país, ya que se ha avanzado de forma importante en el quiebre de los tradicionales nexos de solidaridad que caracterizan las poblaciones obreras y cuya última expresión fueron las Ollas Comunes y otros organismos desarrollados por las masas en los barrios populares, como expresión de combate a la dictadura pinochetista.. Así vemos a extensas comunas y a ciudades enteras que crecen enrejadas y atemorizadas por la amenaza de la delincuencia común. Ese terror fascistoide es la puerta de entrada para la represión y es la gran conquista política de Paz Ciudadana y el régimen.
Pero esta es una parte de la historia. Los beneficios económicos de esta política represiva, han sido cuantiosos para la burguesía que ha logrado el desarrollo de una verdadera “industria” de seguridad (vigilantes privados, alarmas, sistemas de seguridad, etc.) en torno a la “prevención” de la delincuencia”. Industria que emplea a 50.000 personas (carabineros tiene a nivel nacional 34.000 efectivos) y que en 1999 facturó 100.000 millones de pesos. Es la única actividad económica que en el marco de la crisis ostenta utilidades del orden del 20% y un crecimiento sostenido en los últimos cinco años superior al 10%. Es más, la mirada de los empresarios de la “seguridad” está puesta, como se ha aprovechado de replantear con la tragedia  de Iquique en la privatización del sistema carcelario.
Los hechos expuestos evidencian el carácter de clase de la política represiva del régimen: se busca el quiebre de la capacidad de lucha y resistencia de las masas y se persigue además proteger un floreciente negocio. Son estos intereses materiales, de clase, los que impulsan la s reformas al sistema procesal penal, el cual más allá de las bulladas y cinematográficas modificaciones al procedimiento penal, persigue fortalecer la represión, aumentar las penas y la población carcelaria. Ésta respuesta ofrece la burguesía al problema social de la delincuencia: balas, garrotes y cárceles.
Una política proletaria, revolucionaria frente a la cuestión de la delincuencia, parte de una caracterización fundamental: la delincuencia, como fenómeno social, es la expresión más elemental, instintiva e individual de resistencia a la explotación capitalista. La raíz de la “ola” delictiva se encuentra en el hambre, miseria y represión crecientes a que es sometida la mayoría nacional por parte de la minoría explotadora en el poder.
No concordamos con la tesis anarquista de que todo preso es un preso político, esta idea niega la división clasista de la sociedad burguesa y se somete a ella.. En la lucha de clases es muy diverso el papel que juega un asaltante, a aquél que juega un dirigente sindical apresado por liderar una huelga. Si bien es cierto ambos son víctimas de la represión burguesa, en el primer caso se trata de alguien que ha asumido individualmente resolver su situación por encima de toda consideración clasista, en el segundo se trata de alguien sobre el cual la represión cae para doblegar a la clase social (proletariado) que se expresa en su lucha. La respuesta a uno u otro problema no puede ser la misma, de la misma manera que no toda enfermedad puede ser combatida con la misma medicina, aún cuando toda enfermedad se exprese como dolor.
El desamantelamiento del aparato represivo burgués es una tarea propia de la revolución proletaria. En nuestro país, el poderoso aparato represivo pinochetista deberá ser extirpado de raíz, de ninguna otra forma podrá el proletariado ejercer su propia dictadura sobre la minoría burguesa y liberar a la mayoría nacional. Esto supone desarmar no sólo su expresión armada, militar (FFAA, Carabineros, Investigaciones, Gendarmería), de acuerdo a la concepción leninista de ganar a lo mejor de ellas para la revolución y unirlas al proletariado en armas. Se han de disolver los tribunales burgueses y su sistema carcelario: la totalidad del sistema punitivo burgués ha de ser desmantelada.
La función social de combatir la delincuencia –aquella que actúa en contra de la revolución, del poder de las masas- corresponderá al conjunto de la sociedad, la que buscará erradicar las condiciones sociales de miseria y represión  que permiten su florecimiento.
La abolición de la propiedad privada de los medios de producción, la propiedad como instrumento de explotación, permitirá la superación de aquellos actos tipificados en la actualidad como delitos, en un medio social en que las necesidades fundamentales de toda persona se encontrarán garantizadas.
Por otra parte, la superación de las formas institucionales de la familia burguesa y la supresión de toda forma de represión sobre la actividad sexual, permitirá erradicar socialmente diversas prácticas sexuales abusivas (violación, sobre menores, etc.). La despenalización de la homosexualidad y la prostitución, la libertad de divorcio entre otras serán medidas de urgente aplicación.
Este contexto liberalizador, de supresión de toda forma de explotación es la única respuesta que puede darse al “problema” de la delincuencia. La represión burguesa sólo ayuda a su perpetuación. En último término toda función represiva no corresponderá a un aparato burocrático, serán los propios órganos de poder de las masas, sus propias organizaciones los que han de adoptar las medidas represivas las que ha de orientarse en la perspectiva de profundizar el proceso revolucionario.
Ni policía, ni juez, ni carcelero: será el proletariado, la amplia mayoría autoorganizada con facultades de debate y aplicación de sus acuerdos, la única capaz de derrotar la delincuencia, como parte de su lucha de derrotar totalmente a la burguesía. Las llamas de Iquique condenan el sistema penal y la política represiva del régimen. Que iluminen nuestra lucha contra los explotadores.
             
Valparaíso, Abril de 2001

 

1 comentario

ttu herMANA -

mira yo solo puedo decir q nuestros corazones se secan poco a poco por la muerte de nuestros seres querido,quienes murierono en la carcel de iquique,lo emos sentido durante estos 5 año,y algo mas jamas se an hacercado a decir lo sentimos, pero yo se q hay un dios justo y algun dia nos pagaran nuestro sufrimiento y todas las lagrimas deramadas por nuestros.hermanos,hijo,padre,etc...para ti hermano querido solo te puedo decir q me mataron a lo mas grande q tenia y q jamas volvere a sentin tus caricias y tus consejos pero si te digo q yo cuidare a nuestra madre como tu la cuidabasespero q donde estes nos protejas por ciempre tu hermana q te ama y q te adora con todo su corazon TITA espero volver a verte algun dia chao y protegenos y mas a nuestra vieja querida................yo solo puedo decir q lo q nos hicieron fue un gran daño no solo a nosotros sino a esos niño q quedaron sin padres solo me queda decir q mi hermano fue y sera un gran hombre y lamentablemente todos cometen errores